Que sepa distinguir en mi vida el trigo y la cizaña.
“Los justos brillarán como el sol
en el Reino del
Padre”
(Mt 13,43)
A veces nos sorprende gratamente la acción de Dios en
alguna persona cercana, y el corazón se llena de gozo y esperanza.
La oración, la
paciencia, la perseverancia, acaban por dar fruto.
Arranca la cizaña de mi corazón.
La cizaña de la desconfianza.
La cizaña de la desesperanza.
Arráncala.
Arranca la cizaña de mi corazón.
La cizaña del resentimiento.
Arráncala.
La cizaña del abatimiento.
Arráncala.
Arranca la cizaña de mi corazón.
Los Padres del
desierto fijan los principios del discernimiento: lo que turba la paz viene del
maligno. Dios lleva la paz al alma.
Conviene
distinguir el trigo y la cizaña que viven fuera y dentro de nosotros y saber
distinguir el origen.
La paciencia y el respeto por la evolución de
cada persona nos recordarán la manera de actuar de Dios.
- Señor, que sepa distinguir en mi vida el trigo y la cizaña.
Señor, me impresiona la paciencia
que tienes conmigo y con todos tus hijos.
Cuando te acercas y yo me alejo,
Tú esperas y alientas mi regreso.
Cuando me enfado contigo y con los hermanos,
Tú esperas y sigues ofreciéndome tu mejor sonrisa.
Cuando me hablas y no te contesto,
Tú esperas y sigues ofreciéndome tu palabra.
Cuando no me atrevo a elegir y a renunciar,
Tú esperas y sigues dándome luz y valor.
Cuando me cuesta servir y entregarme,
Tú esperas y das tu vida por mi, sin reservarte nada.
Cuando soy egoísta y no doy buenos frutos,
Tú esperas, me riegas y me abonas.
Cuando me amas y yo no correspondo,
Tú esperas y multiplicas tus gestos de cariño.
En tu paciencia se esconden mis posibilidades de mejorar, de crecer,
de ser yo mismo, de cumplir lo que Tú has soñado para mí, de ser plenamente feliz.
Señor, que no me pase la vida sin aprovechar las oportunidades
que tu paciencia me brinda, para ser cada día menos cizaña y más trigo.
que tienes conmigo y con todos tus hijos.
Cuando te acercas y yo me alejo,
Tú esperas y alientas mi regreso.
Cuando me enfado contigo y con los hermanos,
Tú esperas y sigues ofreciéndome tu mejor sonrisa.
Cuando me hablas y no te contesto,
Tú esperas y sigues ofreciéndome tu palabra.
Cuando no me atrevo a elegir y a renunciar,
Tú esperas y sigues dándome luz y valor.
Cuando me cuesta servir y entregarme,
Tú esperas y das tu vida por mi, sin reservarte nada.
Cuando soy egoísta y no doy buenos frutos,
Tú esperas, me riegas y me abonas.
Cuando me amas y yo no correspondo,
Tú esperas y multiplicas tus gestos de cariño.
En tu paciencia se esconden mis posibilidades de mejorar, de crecer,
de ser yo mismo, de cumplir lo que Tú has soñado para mí, de ser plenamente feliz.
Señor, que no me pase la vida sin aprovechar las oportunidades
que tu paciencia me brinda, para ser cada día menos cizaña y más trigo.
Jesús se goza con los que han vivido las
bienaventuranzas.
Es la alegría de la santidad que se extiende por toda la
tierra.
Contempla a Jesús, sigue los caminos de su evangelio, y
te brillarán los ojos, quedarás radiante.
¡Cómo se extiende el perfume de la santidad!
¡Cómo te alegras, Espíritu, en tus obras! Bendito y
alabado seas, Señor.
Hoy celebramos a San Ignacio De
Loyola
Mientras se
recuperaba de una herida contraída como soldado, Ignacio leyó vidas de santos,
al no tener otros libros a mano.
Estas lecturas
le hicieron reflexionar seriamente sobre el sentido y finalidad de la vida,
hizo peregrinaciones, y por fin decidió servir a Dios.
La “Compañía”
que él fundó debía estar a disposición del Papa, para servir a las más urgentes
necesidades contemporáneas de la Iglesia.
En tiempo de Ignacio los Jesuitas contribuyeron decisivamente a contrarrestar las herejías, reformando la
Iglesia, y comenzando misiones en el extranjero.
Para él la
acción apostólica debe tener como base la oración y la reflexión.
Sabio consejo
éste, también para nosotros hoy.
Tomad, Señor, y
recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento,
y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer...
disponed todo a vuestra voluntad;
dadme vuestro
amor y gracia,
que con ésta me basta.
Comentarios
Publicar un comentario