Jesús, el amor que sirve y da la vida.
"Mirad a mi Siervo"
(Mt 12,18)
“Planearon el modo de acabar con Jesús.”
Personas que sobran.
Presencias que molestan.
Vidas que interrogan.
Profetas que se enfrentan.
¡Qué poco los que se mojan!
¡Cuántos son los que escasean!
Jesús se retira.
Abandona las ciudades del lago y se
oculta.
Quieren matar la esperanza.
El Padre se posiciona y te señala al Siervo como fuente
de vida, de esperanza y de futuro.
Míralo: no actúa con las armas ni con la
fuerza, sino con suavidad y mansedumbre.
Míralo: nadie ha dicho jamás que todos los seres humanos
son todos iguales y hermanos.
"Mirándote, Señor, todo cuanto ven mis ojos, todo
me convida al amor".
Jesús, Tú eres el amor discreto, casi escondido.
No
obligas a nadie a seguir tu camino.
Tu arma nunca es la violencia.
Tu fuerza es
el amor que sirve y da la vida.
Gracias,
Señor, por tratarme siempre con ternura, porque respetas y ensanchas mi libertad, por contar con mi vida, pobre y a veces casi apagada.
Señor, por tratarme siempre con ternura, porque respetas y ensanchas mi libertad, por contar con mi vida, pobre y a veces casi apagada.
Gracias, Dios
mío, porque me has formado y sostienes mi vida, porque me miras con amor, me
has cogido de la mano. y me das tu Espíritu, el Espíritu de Jesús.
Que también yo sepa contar con los que no cuentan, con los débiles, los pequeños y los ignorantes, con los que viven en la tiniebla de la enfermedad, la soledad y la pobreza, para implantar un derecho nuevo y construir una sociedad nueva, en la que todos vivamos como hermanos, como hijos tuyos.
Que también yo sepa contar con los que no cuentan, con los débiles, los pequeños y los ignorantes, con los que viven en la tiniebla de la enfermedad, la soledad y la pobreza, para implantar un derecho nuevo y construir una sociedad nueva, en la que todos vivamos como hermanos, como hijos tuyos.
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