Una tarea

 


Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 

(Mt 28, 16-20).

 

Hoy es la fiesta de la Santísima Trinidad.

Dios nos ama, nos abraza, está cerca, nos conoce, nos acompaña... Una relación de amor que nos transforma. Amados 'en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo' Dios es relación, comunidad y familia... abierta para nosotros.

Un Dios que es comunidad.
Nuestra tarea: construir familia y comunión, levantar puentes y derribar muros.

Hoy nos hacemos más conscientes que tenemos un compromiso especial con Jesús: compartir el Evangelio con todas las personas de nuestro alrededor, haciéndoles conscientes del Amor del Padre que actúa junto al Hijo y a su Espíritu.

Estás con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Estás conmigo todos los días, hasta el fin de mi vida. Estás aquí. Ahora. Hoy. Si solo supiera verte…

¿Qué implica creer en el Dios Trinidad y vivir en su nombre?

*Vivir en el nombre del Padre: confiar todo lo que tienes y eres en sus manos, y experimentar al otro no como un extraño, sino como un hermano.

*Vivir en el nombre del Hijo: poner en el centro de tu corazón a Jesús y su Evangelio.

*Vivir en el nombre del Espíritu Santo: dejar que su soplo guíe y empuje tu caminar.

CONSTRUIR FAMILIA Y COMUNIDAD A IMAGEN Y SEMEJANZA DEL DIOS TRINIDAD.

Ojalá que todas las veces que nos persignemos y digamos: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, lo hagamos con más atención, acordándonos de que Dios es Amor y de que nos ama infinitamente.

Dile hoy a María muchas veces: ¡Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo, ruega por nosotros! 

 


Oh Dios-Trinidad, “la mejor comunidad”,

misterio eterno, insondable,

del que apenas podemos intuir una lejana aproximación.

Aviva en nosotros tu misma Vida,

la que creaste y depositaste en cada una de tus criaturas,

para que nos sintamos convocados a acrecentar la Vida,

arrollados por esa corriente original y eterna

de vida en comunión que tú mismo eres:

Trinidad santa, Padre, Hijo y Espíritu Santo,

por los siglos de los siglos. Amén.

Señor, Dios, que eres nuestro Padre,

nuestro Hermano Jesucristo y el Espíritu

que nos consuela y nos fortalece;

ayúdanos a vivir en auténtica y sincera comunidad,

y que lo que celebramos en la liturgia

lo expresamos en toda nuestra vida,

que traduzcamos nuestra fe en obras de justicia y amor,

que no busquemos sólo en tener una fe correcta sino,

sobre todo, una vida correcta, que sea siempre

y en todo conforme a tu voluntad

de que todos seamos hermanos.

Por Jesucristo nuestro Señor.


 

 

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