Dar frutos
“Mi
casa será casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios”. (Mc 11,
11-25).
¿Pides con fe? «Pedid y se os dará».
'Tened
fe en Dios'.
Es la clave para dar frutos, para no convertir nuestra vida en una pequeña farsa.
Una fe que transforma las cosas y las relaciones, que
hace posibles algunos de los imposibles que nos tienen maniatados
¿Cómo ordenar mi vida para que Jesús encuentre en mí los frutos que busca y no
mera hojarasca?
«Cualquier
cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis»
La oración nos relaciona con la Trinidad, nos consuela la misericordia del Padre, nos encuentra en la humanidad de Jesús, y nos fortalece con los dones del Espíritu.
¿Cómo no orar?
La higuera recuerda el
papel del templo, ahora árbol sin fruto.
En la persona de Jesús, el Mesías, se ha inaugurado el nuevo templo que es "casa de oración para todas las naciones". ç
Tú quieres que de fruto, ten compasión de mí.
Señor, Jesús, fui elegido y llamado a vivir como ser único, amado, agraciado de
Dios y don para el mundo, que nos necesita.
Ser amado y llamado por ti constituye lo esencial de mi ser.
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