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Somos parte de una familia

 


«Abrahán engendró a...» 
( Mt 1, 1-17)

En este tiempo de Adviento, vale la pena que nos preguntemos por nuestra propia historia para poder ver y comprender que la luz de Dios se va abriendo paso entre nuestra realidad, con sus luces y sombras.

Dios se vale muchas veces de lo pequeño, de lo que está fuera, de lo que parece imposible para darse a conocer, para escribir un relato de encuentro con el hombre y mujer de este mundo, vence los imposibles por amor.

"Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo"

Si nos fijamos en la genealogía de Jesús, Él viene a entroncarse en nuestra historia, para ser luz, en medio del claro-oscuro de ésta, sin rechazarnos de ningún modo, para hacer todo nuevo por la fuerza de su

No podemos olvidar que nacemos en una familia, con unos orígenes, de un pueblo que marca nuestra forma de ser y nos enseña a vivir.
Quién olvida de donde viene está muerto.
Todos tenemos una historia, que nos une con el pasado y nos proyecta hacia el futuro.

Los orígenes nos explican de dónde venimos y a qué estamos llamados. 
Reconocer y agradecer a quienes con el testimonio de su fe y la palabra oportuna, nos han regalado una fe profunda, auténtica y sólida.
Y ser transmisores de esa fe a las nuevas generaciones.

Somos parte de una familia, de una historia de Salvación...
Ven, Señor Jesús


Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.


Ven Señor Jesús, hijo de Dios
que entraste en el mundo como uno de tantos,
que podamos en tu Iglesia mostrarte
como único salvador y redentor.
Ven Señor Jesús, a nuestra historia
de miseria y de pecado para que comprendiendo
tu amor redentor descubramos que cada momento
de nuestra existencia
forma parte de una historia de salvación.
Ven Señor Jesús, y danos tu sabiduría y dulzura
que nos permita trabajar en las cosas cotidianas
dejando una impronta de tu presencia.






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