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Levántate

 


"Hoy hemos visto maravillas" 
(Lc 5,17-26) 

Jesús vino para darnos vida en abundancia.
El amor se plenifica dando vida.
Encontramos consuelo al dolor o la tristeza en el rostro siempre amable de los amigos.
Nos reconfortan sus palabras, salidas del corazón, su sonrisa, su mirada.
Cuánto necesitamos retomar la vida comunitaria.
Combatir el cansancio, renovar las fuerzas, alentar juntos la esperanza.
El amor es creativo; siempre logra la manera de llegar hasta el amado.
La fe también lo es; siempre busca los caminos para llegar ante Dios.
El paralítico y sus amigos no se han dejado vencer por las dificultades, han insistido.
Primero solo, luego con otros y vencer los imposibles todos juntos... y al final el encuentro tan deseado, el perdón y la dignidad recuperada: 'ponte de pie'.
Jesús no sólo ha venido a ayudarnos en nuestros dolores y pobrezas, no sólo ha venido a curarnos de nuestras enfermedades; nos ha abierto las puertas de la salvación.
Él ha venido para liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte para que vivamos la libertad de los Hijos de Dios.
Los que hemos recibido la salvación que Dios nos ofrece en Cristo, tenemos que ser los primeros en preocuparnos del bien y la salvación de los demás, trabajando intensamente y utilizando todos los medios a nuestro alcance para conducirlos al encuentro con el Señor.
El mensaje del Adviento es hoy, y siempre ante tantas rodillas vacilantes y manos temblorosas: “levanten la cabeza, ya viene la liberación”, “no tengas miedo”, “tus pecados son perdonados, levántate y anda”.
Levántate de lo que tiene postrado, cansado, abatido.
Ponte en pie, que eres una persona valiosa, única, importante.
Toma la camilla de tu historia, tus fracasos, tus pérdidas.
Vete a casa, empieza de nuevo, en lo esencial, en las raíces, en el amor primero.
"Hoy hemos visto cosas admirables"
Vivimos una tiempo en el que la palabra amable, una mirada sonriente nos lleva a sentir que no todo está perdido, podemos sentir que la gloria habitará en nuestra tierra.
¿A qué estás esperando? 
¡Levántate del sofá!
¡Sal de tu zona de confort!
No te dejes arrastrar por las tentaciones del presente y ¡vive tu fe! 
Necesitamos gente valiente, comprometida.
 
 
¡Ven Señor! Tú eres el Dios de la Vida,
¡Ven Señor! tú eres el compañero fiel
que está siempre a mi lado.
¡Ven Señor! Maestro que me descubre
mis propios talentos y dones.
¡Ven Señor! Amigo que me palmea el hombro
y me alienta en el camino.
¡Ven Señor! Horizonte de mis días,
¡Ven Señor! Alegría de mi sonrisa
y sostén firme de mi existencia.
¡Ven Señor! Tú eres mi Dios,
aquel que quiero seguir
aunque cueste y sea difícil,
aunque haya renuncias y opciones.
¡Ven Señor! Porque Tu eres la Vida y el Camino,
la fuente de donde brota mi propia vida
y el destino final de mi sendero.
¡Ven Señor! Tú eres el Dios de la Vida
el Señor, el Dios con nosotros.



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