Iniciamos la Cuaresma

 


“Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. (Mt 6, 1-6. 16-18).

Iniciamos Cuaresma
Vamos subiendo a Jerusalén, caminando con Jesús. Vamos a dar la vida con Jesús, para vivir el gozo de Resucitar con Jesús, a una vida renovada.
 
En este tiempo de conversión renovemos nuestra fe, saciemos nuestra sed con el “agua viva” de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo (Francisco)

Que la cuaresma que comienza nos sea de verdad tiempo de conversión.

Morir para vivir, es finalizar una historia gris, para iniciar una historia de luz, pasando por la Cruz, a la Vida Renovada.
Es tiempo de cambio, es Cuaresma!



No hagas las cosas por aparentar ante los demás, por puro postureo.
¡Haz las cosas de corazón!
¿Cuál es tu plan para esta Cuaresma?
Nosotros te proponemos, como el Papa Francisco, renovar la Fe, la Esperanza y la Caridad.

"Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha"
Es tiempo de honestidad, de trabajar para que la conversión se vea en nuestra vida y no sólo en nuestra fachada externa.
Se trata de estar atento al hermano que lo necesita ahora y siempre. 

Y el camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual. 

Que la oración, sobre todo en estos días, sea el centro de nuestra vida. Si vivimos conectados a Dios, estaremos también en comunión con los hermanos.
Saldremos de nuestras seguridades y abriremos nuestro corazón y nuestros bienes en favor de los más necesitados.




PREGÓN DE CUARESMA
¡Caminad, hermanos, caminad!
¡Caminemos hacia Aquel que nos salva!
Que la Pascua nos espera: el paso de la tiniebla a la luz, de la noche al Gran Día.
Que la Cuaresma es nuestra aliada: nos hace fuertes en el duro combate, nos configura con Aquel que tanto nos ama, nos alienta con la oración y el silencio, nos empuja al encuentro con el hermano.
¡Convertíos, hermanos, convertíos!
Que, una vez más, Dios espera nuestro regreso, con su abrazo… y espera, también, nuestro abrazo; su mirada, busca nuestros ojos; su cruz anhela ser redención de todo lo humano.
¡Es hora de encaminarnos hacia Jerusalén!
Horas de salvación nos aguardan en un monte; pan y servicio en una sala de comensales; traición, negación, sufrimiento y soledad todo mezclado por amor al hombre.
¡Avancemos, caminemos por la senda de la Cuaresma!
Apoyémonos en el bastón de la ORACIÓN.
Alumbrémonos con la luz de su PALABRA.
Enriquezcámonos con la CARIDAD sin límites ni farsas.
Digamos “no” a todo aquello que nos degrada y de Dios nos distancia.
CUARESMA…. oración, silencio, súplica,
Palabra, caridad, opción por los más débiles…

¡Es el CAMINO!¡Es la hora de mostrar a Jesús el poso y la fortaleza de nuestra fidelidad! ¡Es el momento de gracia y de conversión! ¡Convirtámonos, hermanos, convirtámonos!




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