Señor, Señor
Mi buen Jesús, te doy gracias porque cada día, en el que siento tu presencia, es una clara invitación a transformar mi vida en acciones que reflejen tu generosidad en perdón y tu compasión.
Tengo que ser coherente con mi vida de fe.
No puedo llamarme cristiano si me desentiendo de los hermanos que atraviesan dificultades y momentos de necesidad.
Ayúdame a ser testigo de tu poder y de tu amor
Es fácil decir "Señor, Señor", pero hacer tu voluntad como la hizo tu Santa Madre y tus amados discípulos, ¡eso sí que cuesta! No permitas que mis miedos no me hagan asumir la responsabilidad de difundir la gloria de tu Reino
Ayúdame a entender que debo trabajar duro por lo que quiero y más aún si deseo participar de las maravillas de tu Reino.
Blíndame con tu amor para que, bajo ninguna circunstancia, haga aquello que no te agrada
Que el timón de mi vida, sea tomado por la fuerza del Espíritu Santo y haga que mi rumbo permanezca fijo hacia tu esperanza y tus consuelos.
Limpia este corazón vagabundo de las malas emociones, transformándolo en uno limpio y puro que te ame con entrega, pasión y servicio.
Amén
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