Todo pasará

 


"El cielo y la tierra pasarán,
 pero mis palabras no pasarán". 
(Lc 21,29-33).

Para aprender a leer los signos de los tiempos se necesita aprender el vocabulario de la bondad, la gramática de la causalidad, la sintaxis de la gracia, y la semántica de una Palabra que es eterna. Abramos el libro y leamos el mensaje que cada día nos dedica.


Cada gesto de fraternidad, de humanidad , de acogida, de ternura con los más humildes anuncia que el Reino de Dios está muy cerca

 En todo lo que pasa, la mirada de la fe nos ayuda a ver lo que no pasa y permanece para siempre.

"Mis palabras no pasarán" Tu Palabra, Señor, que no pasa, nos quita los miedos, esos que nos paralizan y nos esconden, los que no nos dejan ser nosotros mismos, los que nos tienen escondidos detrás de mil excusas, de falsas razones para poner tu voluntad en duda. Tu Palabra, Señor, que no pasa... nos transforma si dejamos que empape nuestro corazón. Tu Palabra, Señor, que no pasa, es Jesús, nuestro Amigo.


El tiempo pasa de forma imparable. Acumulamos años, experiencias, sabiduría, cicatrices, decepciones, sorpresas, regalos. Lo que permanece y no pasa, de forma fiel, es la presencia de nuestro Dios humilde. Tan discreto y respetuoso que nos pasamos media vida sin verle. Pero cuando nos lo encontramos, cuando le reconocemos, cuando se activa la fe, nacemos a lo nuevo. Cada día es un nuevo regalo, una nueva oportunidad. Abramos hoy el día con la ilusión de que todo está preparado para ser felices.

 

Todo pasará... menos Tu

El cielo y la tierra pasarán…
ese problema que tengo hoy,
ese pozo del que creía no poder salir,
esa tristeza que llena mis ojos de lluvia.
El cielo y la tierra pasarán…
ese éxito que hace que me crea de otra pasta,
ese cargo que me hace sentir por encima,
esa imagen en la que me endiosan y encumbran.
Al final, todo pasa.
Sólo queda Dios y su amor,
y el amor, poco o mucho, que hayamos puesto
en cada mirada, en cada abrazo,
en cada palabra, en cada gesto.
Todo pasará…
menos tú, Señor.
El cielo y la tierra pasarán,
pero tu amor nunca pasará…
porque tu amor es nuestra última estación.

(Fermín Negre)


 

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