Hágase

 


"Alégrate, llena de gracia, 
el Señor está contigo". 
(Lc1,26-38).

Cuando ya faltan pocos días para la Navidad, conviene que el Ángel del Señor nos encuentre preparados, como María. El anuncio del nacimiento de Jesús es absolutamente sorprendente: El ángel Gabriel cambia el Templo de Jerusalén por una casita de Nazaret, una aldea desconocida en la montaña de Galilea. Un sacerdote por una joven desconocida. La búsqueda de seguridad de Zacarías por la apertura a la voluntad de Dios de María. Un Hágase de una mujer abrió la puerta de la humanidad a Dios.


Hoy nos adentramos en el SÍ más importante de la historia, el que le dio María a Dios, señalando que Dios no representa ningún obstáculo a la libertad, sino más bien su misma posibilidad. La Navidad es en definitiva la celebración de la libertad.

El compromiso de Dios con la historia de la humanidad, es para siempre. La Palabra que Él dice, con su nacimiento, a todo hombre y mujer de este mundo es 'os quiero', y es para siempre. La unión y cercanía a los hombres y mujeres es para siempre. Su propuesta de fidelidad es para siempre. El amor que nos tiene es para siempre.

PARA SIEMPRE
En nuestro mundo hay pocos ‘para siempre’.
Desapareció en de la unidad,
nos olvidamos del del amor,
miramos para otro lado en el de la amistad,
no nos gusta recordarlo en el lugar,
pasamos de largo ante el del compromiso,
ni lo escribimos en nuestro proyecto de vida.
Queda el tuyo, Nos quieres siempre.
Tu perdón es para todos y siempre.
Tu mirada es inolvidable, tu Palabra eterna.
Tus gestos son caricias que se conservan
eternas en el corazón.
Tu entrega es total y definitiva.
Tu amor no pasa nunca, es el siempre escrito 
con una mayúsculas imborrables.
La misericordia que nos tienes es eterna
y tu paciencia infinita.
Tu eres ese siempre sobre el construir nuestro proyecto de vida.


(David Oliver, carmelita)


«Hágase en mí según tu palabra»
La confianza no nace del vacío, sino como resultado de un Palabra que está llena de seguridad, de certeza y que anima el corazón para que veamos que con él se puede llevar adelante una vida de entrega generosa. Al igual que hizo María, tengamos un corazón abierto, acogedor, para que la Palabra habite en nosotros y nos ilumine el camino a seguir.

Es un regalo preguntarle a María cómo vivió su propia vocación. Cómo fue ese momento de escuchar la desproporción entre los sueños de Dios con su vida y sus propios planes y proyectos. Dios respeta, pide permiso, no impone ni obliga. María quería ser madre de los hijos de José. Y de repente Dios le ofrece ser madre de la humanidad. Madre de todos los hombres. Feliz la llamamos todas las generaciones. Felices somos si nos fiamos de Dios.

María nos enseña a abrirnos más allá de nuestros pequeños y estrechos horizontes al sueño más grande que el Señor nos propone.

Para que Jesucristo naciera Dios necesitó el "si" de una mujer: María. Para que Dios nazca hoy en ti, en tu familia, en tu mundo, Dios necesita tu "si" ¿Escuchas su propuesta?


Dios quiere nacer y quiere que tú lo des a luz. ¿No te lo crees? ¿Te parece una bobada? ¿Te parece imposible? Recuerda: para Dios nada hay imposible, El Espíritu de Dios vendrá sobre ti...

 

 

 

Vamos a ver

Vamos a ver si es cierto que le amamos,
vamos a mirarnos por dentro un poco.
¡Hay cosas colgadas que a él le lastiman
freguemos el suelo y abramos las puertas!
Borremos los nombres de la lista negra,
pongamos a los enemigos encima de la cómoda,
invitémosles a sopa.
Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos.
Que Dios se encuentre a gusto si baja.


(Gloria Fuertes)


 

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