Abre los oídos...
“Quien a vosotros os escucha
a mí me escucha”
(Lc 10,13-16).
Jesús se hace uno con nosotros para acercarnos al Padre.
Pone en nuestros labios sus palabras, que también son las
palabras del Padre.
Abre los oídos del
corazón a la Palabra.
Guárdala,
mastícala y amásala en tu interior, como María.
Ofrécela, con Ella, sencillamente a los
hermanos.
Pidamos a Nuestro Señor Jesucristo quienes nos decimos sus seguidores
convertirnos plenamente a Él, nunca rechazar a Dios y que vivamos siempre la
radicalidad, humildad y sencillez con la que vivía la fe san Francisco de Asís.
Señor que recupere el espíritu de san Francisco y pueda
alabarte por todo lo creado, que sepa ver tu mano poderosa en la naturaleza que
es tu regalo, que no me sienta dueño, sino polizón del mundo y que desde mi
pobreza pueda amarte sin descanso como San Francisco de Asís.
El santo de Asís nos reta a ser desprendidos de todo y
enganchados con el cielo
Alumbra, Señor, el camino de mi vida.
Quiebra la noche con la gracia de la fe.
Enséñame a amar porque tengo pobre el corazón
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