Que sean uno
"Que sean uno, como nosotros"
(Jn 17,11)
El Espíritu realiza la unión entre los amigos de Jesús.
Con creatividad y belleza enseña el lenguaje de la
comunión, del respeto y del cariño.
Acércate, habla con la gente.
Colabora con otros para llevar algo a cabo. Haz tuyos los
dolores y gozos de los que te rodean.
Ora y evangeliza en grupo.
Sé iglesia.
Jesús, con mi mano abierta, quiero acoger de todos tu
regalo.
Jesús,
con mi mano ofrecida, quiero ofrecerles a todos tu sonrisa.
Jesús pide al padre para nosotros el don de la unidad.
Cuando estamos unidos, nuestra debilidad se fortalece,
anunciamos sin palabras el Reino de Dios, Reino de paz, de fraternidad, de
comunión...
Nos unimos a la oración de Jesús pidiendo la unidad para nuestras familias, para nuestros grupos, movimientos y comunidades, para nuestras parroquias y diócesis, para la Iglesia entera, para el mundo.
No es fácil la misión que nos ha dejado Jesús.
Es difícil estar en el mundo sin ser del mundo:
- Es difícil vivir en una sociedad consumista y compartir el tiempo, el saber, el dinero.
- Cuesta mucho devolver bien por mal en un mundo tan violento.
- Es casi heroico vivir el amor limpiamente en medio de un ambiente plagado de estímulos eróticos.
- Cuando ha crecido tanto el individualismo a nuestro alrededor, resulta difícil dar la cara por los demás.
- En un mundo lleno de ruido, de prisa, de incomunicación, cuesta hacer hueco al silencio, al sosiego, a la oración.
¿Cómo vives estar en el mundo sin ser del mundo?
- Es difícil vivir en una sociedad consumista y compartir el tiempo, el saber, el dinero.
- Cuesta mucho devolver bien por mal en un mundo tan violento.
- Es casi heroico vivir el amor limpiamente en medio de un ambiente plagado de estímulos eróticos.
- Cuando ha crecido tanto el individualismo a nuestro alrededor, resulta difícil dar la cara por los demás.
- En un mundo lleno de ruido, de prisa, de incomunicación, cuesta hacer hueco al silencio, al sosiego, a la oración.
¿Cómo vives estar en el mundo sin ser del mundo?
Cuéntaselo a Dios.
Pídele fuerza para ser fiel, para que seamos fieles.
Señor, ayúdanos a estar en el mundo,
sin miedo a mancharnos o a equivocarnos,
sin contagiarnos de sus miserias;
Ayúdanos a emplear el dinero y todo lo que tenemos
sin convertirlo en un dios, con espíritu generoso.
Ayúdanos a convivir con las personas y los grupos
sin utilizar a nadie, con espíritu fraterno.
Ayúdanos a esforzarnos en el estudio y el trabajo,
sin buscar únicamente el dinero, con espíritu solidario.
Ayúdanos a disfrutar de la diversión y la fiesta,
sin perder la cabeza, con espíritu alegre.
Ayúdanos a participar en la política y en la economía,
sin buscar nuestro interés, con espíritu de servicio.
Ayúdanos a utilizar las nuevas tecnologías,
sin depender de ellas, con espíritu de encuentro.
Ayúdanos a apostar por la familia y por la Iglesia,
sin encerrarnos en ellas, con espíritu universal.
Ayúdanos a aportar nuestras ideas y propuestas
sin condenar a nadie, con espíritu humilde.
Señor, ayúdanos a estar en el mundo,
contagiando el amor y la esperanza que Tú nos das
y aprendiendo de todas las personas de buena voluntad.
Amén.
-------------------------
En Ti vivimos, nos movemos y existimos,
atmósfera divina que todo lo contienes,
eres el oxígeno que en el Amor mantienes
a los hombres que llamaste a tu servicio.
Tú eres el aliento de la oración enamorada,
el soplo de infinito que envuelve con su encanto
los rezos, las lágrimas, la adoración y el canto
de las alabanzas que levanta la alborada.
En Ti la gracia y la ilusión nos hacen niños,
recuperando la paz y la confianza,
caminando de su mano en la esperanza
de abrazarnos a su cuello con cariño.
Eres la serenidad después de la tormenta,
la calma que en su amor sosiega el alma;
ternura de una madre en que se calma
la inquietud de caminar hacia su meta.
En Ti la unción se derrama sin medida,
la consagración florece en alabanza,
las manos se tienden con confianza
y del dolor pasado brota nueva vida.
Eres el defensor y el abogado prometido,
el enviado que congrega y que nos sacia
del agua viva que nos lava en su Palabra
y en la trinidad nos mantiene sumergidos.
Eres el manto tierno de la misericordia
que envuelve las horas de mi vida,
el bálsamo de suavidad que sana las heridas,
el amor divino en la trama de mi historia.
En Ti Jesús es compañero de camino,
su verdad penetra la inteligencia y la memoria;
su vida misma es anticipo de la gloria
y la santidad enamorada es mi destino.
En Ti proclamación se hace martirio,
La muerte es absorbida en la victoria,
Las cosas de este mundo se vuelven ilusorias
y el Reino del Amor se hará definitivo.
Señor, ayúdanos a estar en el mundo,
sin miedo a mancharnos o a equivocarnos,
sin contagiarnos de sus miserias;
Ayúdanos a emplear el dinero y todo lo que tenemos
sin convertirlo en un dios, con espíritu generoso.
Ayúdanos a convivir con las personas y los grupos
sin utilizar a nadie, con espíritu fraterno.
Ayúdanos a esforzarnos en el estudio y el trabajo,
sin buscar únicamente el dinero, con espíritu solidario.
Ayúdanos a disfrutar de la diversión y la fiesta,
sin perder la cabeza, con espíritu alegre.
Ayúdanos a participar en la política y en la economía,
sin buscar nuestro interés, con espíritu de servicio.
Ayúdanos a utilizar las nuevas tecnologías,
sin depender de ellas, con espíritu de encuentro.
Ayúdanos a apostar por la familia y por la Iglesia,
sin encerrarnos en ellas, con espíritu universal.
Ayúdanos a aportar nuestras ideas y propuestas
sin condenar a nadie, con espíritu humilde.
Señor, ayúdanos a estar en el mundo,
contagiando el amor y la esperanza que Tú nos das
y aprendiendo de todas las personas de buena voluntad.
Amén.
-------------------------
En Ti vivimos, nos movemos y existimos,
atmósfera divina que todo lo contienes,
eres el oxígeno que en el Amor mantienes
a los hombres que llamaste a tu servicio.
Tú eres el aliento de la oración enamorada,
el soplo de infinito que envuelve con su encanto
los rezos, las lágrimas, la adoración y el canto
de las alabanzas que levanta la alborada.
En Ti la gracia y la ilusión nos hacen niños,
recuperando la paz y la confianza,
caminando de su mano en la esperanza
de abrazarnos a su cuello con cariño.
Eres la serenidad después de la tormenta,
la calma que en su amor sosiega el alma;
ternura de una madre en que se calma
la inquietud de caminar hacia su meta.
En Ti la unción se derrama sin medida,
la consagración florece en alabanza,
las manos se tienden con confianza
y del dolor pasado brota nueva vida.
Eres el defensor y el abogado prometido,
el enviado que congrega y que nos sacia
del agua viva que nos lava en su Palabra
y en la trinidad nos mantiene sumergidos.
Eres el manto tierno de la misericordia
que envuelve las horas de mi vida,
el bálsamo de suavidad que sana las heridas,
el amor divino en la trama de mi historia.
En Ti Jesús es compañero de camino,
su verdad penetra la inteligencia y la memoria;
su vida misma es anticipo de la gloria
y la santidad enamorada es mi destino.
En Ti proclamación se hace martirio,
La muerte es absorbida en la victoria,
Las cosas de este mundo se vuelven ilusorias
y el Reino del Amor se hará definitivo.
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