Dios transforma nuestras tristezas en alegría
“Dentro de poco ya
no me veréis
pero poco más tarde me volveréis a ver”
(Jn 16,16-20)
Señor, a veces te vuelves incomprensible y oscuro.
Ábreme el corazón si quieres que sea tuyo.
Señor, a veces cuesta saber qué quieres de uno.
Señor.
Ábreme el corazón si quieres que sea tuyo.
Jesús no oculta a sus amigos que llorarán y se
lamentarán.
En contraste con el mundo, cuya alegría refleja la satisfacción por
su aparente victoria.
Pero inmediatamente les anuncia la alegría.
El será su alegría, y en la alegría encontrarán la fortaleza.
"Vuestra tristeza se convertirá en alegría"
(Jn 16,20)
Señor, que tu Espíritu transforma mi tristeza en alegría, mi desasosiego en serenidad, mi decepción en ilusión.
Mi impaciencia en paciencia, mi ira en dulzura, mi enfado en perdón.
Ven y visita con tu alegría todo lo que nos produce tristeza.
Que llevemos tu alegría y esperanza a los que se sienten solos y abandonados.
“Con Jesucristo
siempre nace y renace la alegría” (EG 1).
Canta a menudo, porque cantar es propio de los que aman.
En la mañana
hazme escuchar tu gracia, que tu gozo sea hoy mi fortaleza.
Dios transforma nuestras tristezas en alegría
No siempre te siento a mi lado, Señor
Parece que lugar no está ahora aquí, sino en el cielo.
A veces echo de menos verte con más claridad.
No entiendo porque no eres más evidente, más claro, más definitivo para todos.
O por qué dejas tanto espacio para la duda.
Ya sabes, Señor, que en horas difíciles, esto me provoca tristeza.
Pero confío en tu Palabra
es mejor para mí que Tú estés así, ausente y presente.
Serás mi Espíritu defensor.
Luz en mis noches.
Sabiduría en mis caminos.
Compasión en mis entrañas.
Amor en mi mirada.
Y tu Espíritu, cuando lo acojo,
cuando va haciéndose lugar en el mundo,
nos muestra que la fe es el camino para la plenitud.
que la justicia de Dios es más fuerte que la injusticia humana.
que, contra toda apariencia, el Amor vence.
Entonces,
mi corazón canta…
y ama de verdad.
Rezandovoy (adaptación)
Parece que lugar no está ahora aquí, sino en el cielo.
A veces echo de menos verte con más claridad.
No entiendo porque no eres más evidente, más claro, más definitivo para todos.
O por qué dejas tanto espacio para la duda.
Ya sabes, Señor, que en horas difíciles, esto me provoca tristeza.
Pero confío en tu Palabra
es mejor para mí que Tú estés así, ausente y presente.
Serás mi Espíritu defensor.
Luz en mis noches.
Sabiduría en mis caminos.
Compasión en mis entrañas.
Amor en mi mirada.
Y tu Espíritu, cuando lo acojo,
cuando va haciéndose lugar en el mundo,
nos muestra que la fe es el camino para la plenitud.
que la justicia de Dios es más fuerte que la injusticia humana.
que, contra toda apariencia, el Amor vence.
Entonces,
mi corazón canta…
y ama de verdad.
Rezandovoy (adaptación)
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