Amar es parecernos a Dios.



«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente» 
(Mt 22, 34-40)


Para Jesús amar a Dios, amar al prójimo y amarse a uno mismo no es incompatible.

Señor, que el amor inspire, sostenga y acompañe
todos nuestros pensamientos, deseos y acciones.

La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La justicia sin amor, te hace cruel.
La crítica sin amor, destruye.
La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.
El éxito sin amor, te hace orgulloso.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La docilidad sin amor, te hace servil.
Compartir sin amor, te hace soberbio.
La verdad sin amor, te hace hiriente.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La sencillez sin amor, te degrada.
La oración sin amor, te aísla.
La ley sin amor, te esclaviza.
La fe sin amor, te hace fanático.
El dolor sin amor, te trastorna.
La cruz sin amor, se convierte en tortura.
La vida sin amor, no tiene sentido.

Ayúdanos, Señor, a amar siempre,

a todas las personas y en todas las cosas.

Te damos Gracias, Dios Padre Bueno y Misericordioso,
porque Tú nos bendice y nos enseñas cada día,
para alimentar nuestra fe y para unirnos más a Ti.
Gracias porque Tú eres Amor, y nos enseñas a amar.
Ayúdanos a estar siempre atentos y cercanos
a cada una de las personas que no necesiten,
para así poder estar unidos a Ti, a través del prójimo.
Te pedimos perdón, Dios Padre Bueno y Misericordioso,
por todas las veces que nos seducen "otros dioses",
o nos dejamos confundir por todo lo que nos aleja de Ti.
¡Ten Misericordia de nosotros, y no permitas nunca
que nada ni nadie nos separe jamás de tu Amor!
Damos un corazón misericordioso como el tuyo,
para escucha y acoger siempre al hermano que sufre,
y a todas las personas que se sientan débiles o excluidas.
Haz que tu Palabra de Vida toque nuestro corazón,
para dejarnos transformar por tu Voz Divina que nos habla,
y así cumplir tu Voluntad y amar siempre a cada hermano.
Enséñanos Tú, Dios nuestro, a dar la vida por los demás
entregando nuestro tiempo, nuestros dones, nuestra fe,
nuestros bienes materiales y todo lo que cada uno somos,
a cada persona que necesite sentir tu Amor y Misericordia.
¡Que nuestro amor por ti, Dios nuestro, se manifieste
cada día con las personas en las que Tú estás presente!
Te damos Gracias, Dios nuestro, que eres Amor,
porque Tú nos has creado para amarte a Ti y a todos.
Amén.

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