¡Abba!
“Cuando oréis decid: “Padre”
(Lc 11,2).
Los discípulos fascinados por las palabras y gestos de
Jesús se preguntan:
¿De dónde le nace tanta vida al Maestro?
Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva
en el interior, que les enseñe a orar, que les revele “eso” que le lleva a
entregar la vida, gratuitamente, por los caminos.
Acoge en silencio profundo la palabra más bella, más
entrañable y más nueva que Jesús lleva en su corazón: ¡Abba!
Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino,
danos cada día nuestro pan de mañana, perdónanos nuestros pecados, porque
también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en
la tentación.
Señor, que viva siempre unido a Ti.
Padre, ayúdame sentir la alegría de ser tu hijo y a
tratar a los demás como hermanos.
Nuestro, no dejes que me aísle en mi egoísmo.
Que estás en los cielos; tan cerca y tan lejos; te dejas tocar, pero no te dejas atrapar.
Santificado sea tu Nombre; y que yo te ame con todo el corazón, con toda el alma y con todas mis fuerzas.
Venga a nosotros tu Reino.
Nuestro, no dejes que me aísle en mi egoísmo.
Que estás en los cielos; tan cerca y tan lejos; te dejas tocar, pero no te dejas atrapar.
Santificado sea tu Nombre; y que yo te ame con todo el corazón, con toda el alma y con todas mis fuerzas.
Venga a nosotros tu Reino.
Reina en mi vida y dame fuerza para trabajar para
extender tu Reino de justicia, de verdad, de paz.
Hágase tu voluntad y dame confianza para acogerla como camino de vida para mí y para los hermanos.
Danos hoy nuestro pan, danos el pan tierno de tu amor en la Eucaristía.
Hágase tu voluntad y dame confianza para acogerla como camino de vida para mí y para los hermanos.
Danos hoy nuestro pan, danos el pan tierno de tu amor en la Eucaristía.
Danos un corazón generoso para compartir con los
pobres y con los que sufren, con los que tienen hambre de pan y de esperanza.
Perdona nuestras ofensas y ayúdanos a comprendernos y a comprender, a perdonarnos y a perdonar.
No nos dejes caer en tentación; dame luz y fuerza para descubrir y vencer los engaños que me alejan de ti, de los hermanos, de mi propia felicidad.
Líbranos del mal y ayúdanos a vencerlo sólo a fuerza de bien.
Amén.
Perdona nuestras ofensas y ayúdanos a comprendernos y a comprender, a perdonarnos y a perdonar.
No nos dejes caer en tentación; dame luz y fuerza para descubrir y vencer los engaños que me alejan de ti, de los hermanos, de mi propia felicidad.
Líbranos del mal y ayúdanos a vencerlo sólo a fuerza de bien.
Amén.
Así sea, en mí y en todas tus criaturas.
Amén.
Comentarios
Publicar un comentario