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En la cruz está la vida y el consuelo



"Tanto amó Dios al mundo 
que entregó a su Hijo único" 
(Jn 3,16)

En la cruz renace siempre nuestra esperanza. 
Es una esperanza diferente de las del mundo, porque nace del amor de Jesús.

Los padres sirios llamaban a la cruz «escalera», recordando la escala de Jacob por la que subían y bajaban ángeles. 
La cruz nos recuerda la humildad que nos lleva a Dios. 
La vida cristiana va más allá de las palabras y los pensamientos grandilocuentes. 
Jesús nos quiere enraizados en la tierra en actitud de servicio y oración.

- «Señor, no soy autosuficiente, te necesito, Tú eres mi vida y mi salvación».

Dios es puro amor. 
Es una fuente de vida, un manantial inagotable. 
Jesús, en la cruz, es la fonte que mana y corre. 
La cruz de Jesús es la máxima expresión de amor. 
Ponte ante Jesús crucificado y mira detenidamente el amor. 
Pon tu corazón junto a la cruz de Jesús y bebe abundantemente de su amor.

Abro mis manos para acoger tu amor. 
Amo a mis hermanos para agradecer tu amor.


"En la cruz está la vida y el consuelo y ella sola es el camino para el cielo" Teresa de Jesús.

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