Y lo siguieron
Cuando Dios te llama, ¡deja todo!
No hay nada más
importante.
En este día de San
Andrés de nuevo escucho tu llamada,
Señor:
-«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Con prontitud quisiera responder siempre y decirte:
Aquí estoy Señor.
Hoy renuevo mi deseo de estar contigo y querer seguirte
siendo testigo de tu amor
Gracias Señor por
salir a mi encuentro, por la elección
que has hecho en mi vida, por contar con mi pobreza para anunciar la sabiduría
de la Cruz.
Porque nuestra salvación está sobre esta Cruz.
Señor: si me llamas, cambia mi corazón por dentro.
Señor: si me llamas, hazme disponible.
Señor: si me llamas, que no te ponga condiciones.
Señor: si me llamas, que no sea de los que te pido
esperes a mañana.
Señor: si me llamas, que mi sí no sea para unos días.
Señor: si me llamas, que no te ponga condiciones de
“mientras me vaya bien”.
Señor: si me llamas, que mi sí no sea quejumbroso, sino
que por donde pase vaya dejando huellas de felicidad.
Cuando Tú nos llamas, Señor, ayúdanos a responder con la
prontitud y fidelidad que caracterizaba a San Andrés, de modo que podamos ser verdaderos apóstoles. T
e lo
pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén
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