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La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida







“Te doy gracias, Padre” 
(Lc 10,21)   

El amor de Dios te libera de tristezas y vacíos
Los pequeños han descubierto lo esencial. 
Jesús lo ve y se llena de alegría por ello.  
¿Cómo cultivo la atención amorosa? 
¿Me brota el agradecimiento?  
 
“Cuando un evangelizador sale de la oración, el corazón se le ha vuelto más generoso, se ha liberado de la conciencia aislada y está deseoso de hacer el bien y de compartir la vida con los demás” (EG 282)  

 La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida

Haznos saber, Padre compasivo,
que nuestra vida es don recibido:
gratuidad, misterio y bendición;
que somos alianza de amor
Enséñanos a ser agradecidos como Jesús,
que salía del camino y elevaba los ojos a ti.
Haznos conscientes, Padre amoroso,
de lo mucho recibido en nuestra existencia cotidiana:
de las manos que nos cuidaron,
de los hombros que soportaron nuestro peso
y nos rescataron de nuestros abismos.
Muéstranos también, Padre de huérfanos y solos,
el don que hemos sido para tantos y tantas
que acudieron a nosotros en busca de refugio.
Y pon en nuestros labios, Padre bueno,
aquel hermoso salmo que nos enseñó tu Hijo: 
Padre nuestro...
 Cipri Díaz Marcos, sj

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