El pueblo de la resurrección
Jesús es el amor, es la
Alianza,
Él mismo es la Vida y la Resurrección
La gran seguridad del cristiano: La Resurrección
En eso se notará que somos tus discípulos, además de en cómo
nos amamos,
en que no tememos a la muerte, porque sabemos, estamos seguros de que no es el final del camino, sino la llegada a tus brazos, a la plenitud, a la felicidad y a la armonía plena.
en que no tememos a la muerte, porque sabemos, estamos seguros de que no es el final del camino, sino la llegada a tus brazos, a la plenitud, a la felicidad y a la armonía plena.
Ese día abandonaremos nuestro cuerpo, viviremos en la
memoria de los nuestros, por el amor que hayamos regalado y los gestos de ternura
y justicia dados.
Pero estaremos vivos en la mesa del Padre, esa camilla
familiar, en la que se reúnen los hermanos, al atardecer de la vida, para
festejarla y gozarla.
La seguridad de la resurrección nos hace fuertes ante la
muerte, nos hace soportable el dolor de la separación y nos ayuda a prepararnos
para cuando llegue.
Mientras vivamos una vida plena, disfrutemos todo lo que
Dios nos va regalando en el vivir cotidiano y amemos, tratando a los demás como
si fuera la última vez que les vemos, con todas nuestras capacidades de
encuentro
y comunicación, de fraternidad y de Amor.
y comunicación, de fraternidad y de Amor.
Padre, que no me
pierda en diatribas, ni en dudas,
Que no me esconda en lo que hago, a donde voy, en lo que pienso…
Ayúdame, Señor, a participar de esa vida que Jesús me enseña:
Vida auténtica, plena, sin escondites, sin dobleces, sin nombres, de seres,
de amor igual…
Y así, desde hoy, desde ya, descubrir que estoy llamado a querer, a generar seres queridos a mi alrededor…
porque desde hoy, desde ya, es posible la vida a la que me invitas…
porque desde hoy, desde ya, Tú esperas que entienda que importa ser y amar, porque esa es la vida, porque esa es tu vida, porque eso eres Tú.
Más allá de ruidos, de zozobras, de teorías e interpretaciones, de lo que nos cuentan o nos pasa…
Que no me esconda en lo que hago, a donde voy, en lo que pienso…
Ayúdame, Señor, a participar de esa vida que Jesús me enseña:
Vida auténtica, plena, sin escondites, sin dobleces, sin nombres, de seres,
de amor igual…
Y así, desde hoy, desde ya, descubrir que estoy llamado a querer, a generar seres queridos a mi alrededor…
porque desde hoy, desde ya, es posible la vida a la que me invitas…
porque desde hoy, desde ya, Tú esperas que entienda que importa ser y amar, porque esa es la vida, porque esa es tu vida, porque eso eres Tú.
Más allá de ruidos, de zozobras, de teorías e interpretaciones, de lo que nos cuentan o nos pasa…
Nos invitas a experimentarte y a experimentar la vida
Contigo…
Por eso, Padre, hoy te pido que sostengas mi fe, alimentes mi esperanza activa e inquieta …
Y que el Espíritu anime mi Vida en Dios… desde hoy, desde ya…
Por eso, Padre, hoy te pido que sostengas mi fe, alimentes mi esperanza activa e inquieta …
Y que el Espíritu anime mi Vida en Dios… desde hoy, desde ya…
Comentarios
Publicar un comentario