La alegría es la señal de Jesús resucitado.
“Alegraos”
(Mt 28,9)
El Señor «sale al encuentro» de quienes lo buscan, como las
mujeres que habían ido al sepulcro de madrugada.
Esta es la Buena Noticia que
debe llenar de alegría y de sentido nuestras vidas.
El dinero del soborno jamás
la podrá sofocar.
- Señor Jesús, ¡no permitas que el mundo
pierda la serena alegría de tu presencia entre nosotros!
La alegría es la señal de Jesús resucitado.
La alegría es la
señal de todas las comunidades de Jesús.
Donde hay alegría ahí está Jesús.
Alégrate.
Tu alegría puede ser el sendero que lleve a muchos a encontrar a
Jesús.
Tú alegras mi corazón.
Canto y toco para ti, Jesús
resucitado.
“El mundo es algo más que un problema a resolver, es un
misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza” (LS 12).
Hay muchos problemas en nuestro planeta, es verdad.
Pero la
alegría siempre es la señal, aunque esté escondida en el llanto de la tierra y
en el empobrecimiento de los más vulnerables.
La Pascua nos pone la luz de
Jesús en el corazón para recrear la casa de todos.
Donde hay alegría está
Jesús.
Los pobres nos enseñan a descubrir la alegría en las cosas más
sencillas y aparentemente insignificantes.
¡Levantemos el corazón!
Y
descubramos la alegría de vivir.
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