Acércate a Jesús.
“Y dijo que era Jesús quien lo había sanado” (Jn
5,15)
El evangelio recuerda que la vida en plenitud viene por
Jesús.
No obstante, hay que tener verdadero deseo de ella, como también el
coraje para cargarnos la propia «camilla» o los problemas y defectos de la vida
de cada uno, sabiendo que lo peor que podría ocurrirnos es el pecado de
rechazar la vida que Dios ofrece.
La discusión sobre el reposo del sábado
retrata la actitud de poner zancadillas a quien sólo hace el bien.
- Que las comunidades cristianas sean el lugar donde se recibe y se comunica la vida y la salvación.
Era un inválido y no sabía ni hablar.
Con el paso de los años le había invadido una
dañina tristeza y un hondo pesimismo.
No tenía palabra.
Pero pasó Jesús junto a él y lo sanó.
Acércate a Jesús.
Él te infunde ánimo.
Te ayuda a ponerte de pie.
Te invita a dejar
la camilla.
Te libera de los miedos.
Acércate.
Tú, Jesús, estás cerca.
Cuidas nuestra fragilidad y nos invitas a
cuidar a los más débiles.
No quieres que miremos para otra parte.
Junto a los pobres acontece el milagro de la vida.
“La misericordia
es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (MV 10).
Si nos acercamos
a Jesús, él sana nuestro corazón y nos descubre que algo tan grande como el
corazón está hecho para Dios.
"A veces
sabemos lo que debemos hacer, pero nos falta el ánimo.
Aprendamos de María
saber decidirnos, con la confianza puesta en Dios"
(Papa
Francisco)
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