Jesús, ¿quién eres tú?
“El que me envió es
veraz
y yo comunico al mundo
lo que he aprendido de él”
(Jn
8,26)
« ¿Quién eres tú?».
Jesús ofrece dos caminos para acercarnos a él.
Uno es el camino de la cruz o de la
entrega total.
Si quieres conocer de verdad a Jesús levanta los ojos y
contempla al que está colgado por ti del madero de la Cruz.
El otro es su comunión
con el Padre, que da sentido a su existencia.
Es como si dijera: « ¿aún no entendéis
quién es una persona que vive así, amando hasta entregarse totalmente?».
Todos los que buscan sinceramente pueden
encontrar a Jesús; pero él advierte que algunos buscan en vano, porque ya creen
tener la respuesta infalible antes de empezar la búsqueda.
- Señor Jesús: que tengamos hambre y sed de poder conocerte y nos dejemos encontrar por ti.
Lo que Jesús hace está lleno de Espíritu.
El Espíritu de la verdad lo impulsa, lo
motiva, lo alienta, da pleno sentido a su acción comunicadora.
Jesús te abre su corazón, comparte contigo su
forma transparente y valiente de vivir.
Cuando
acoges el amor de Jesús que da sentido a tu vida, ¿cómo no comunicarlo a otros?
Espíritu Santo, gracias por darnos este deseo de salir y hablar de Jesús.
Gracias por hacernos personas evangelizadoras, que comunican con gozo la vida
nueva encontrada en Jesús.
“Desde el corazón de
la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y
corre sin parar el gran río de la misericordia.
Esta fuente nunca podrá agotarse, sin importar cuántos sean
los que a ella se acerquen” (MV 25)
Somos aprendices
de un Dios con quien podemos dialogar, a quien podemos mirar.
No tenemos que ir
lejos a buscarlo, porque vive en nosotros.
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