Hoy celebramos al Amor verdadero y eterno, celebramos al Sagrado Corazón de Jesús. Solo Dios podía amar con un corazón tan humano, nos mostró así el camino y alcance de nuestro amor, la verdadera humanidad. El Corazón de Jesús nos habla de amar sin medida, sin límites, dando la vida, acogiendo a todos. Un amor entregado, generoso, gratuito, total. Amor que no pide respuesta pero le encanta cuando se da, amor de corazón y brazos abiertos, sin distinciones.
Las parábolas de la misericordia, del evangelio de Lucas, expresan muy bien el amor de Dios manifestado en su enviado Jesucristo. En concreto, el gesto del buen pastor que busca la oveja perdida, y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, muy contento y la lleva consigo.
Dejar cien ovejas por una. No se pierde la oveja, la pierde el pastor. La descarriada la carga sobre los hombros sin reproches ni reprimendas. Reúne a los amigos y comparte su alegría. La lógica de Dios se nos escapa, nos desborda y nos ama.
¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido". Cuando perdemos algo valioso nuestra vida se desestabiliza. Y cuando perdemos a alguien se paraliza. El vacío que nos deja es difícil de llenar. El corazón de Jesús nos enseña que de las manos de Dios nadie se puede alejar ni salir. La fe nos enseña a tener una afectividad sagrada, divina, que no deja espacio a la duda ni al miedo. En Dios nos movemos, existimos y somos. Y esa presencia de Dios inunda toda la vida. Nada se pierde cuando vivimos unidos a Él. Se nos invita a la alegría del encuentro de saber que siempre estamos en casa.
El Corazón de Jesús es un corazón entregado al amor a cada hombre y mujer de este mundo. Abierto en la Cruz para que todos tuviéramos un lugar en él. El corazón de Jesús es el lugar donde está grabado nuestro nombre, no para llevar cuentas del mal, sino por el amor que nos tiene. Da la vida por amor, cuida y sirve por amor, lava los pies por amor, acaricia al leproso por amor... El Corazón de Jesús es el lugar donde el abrazo de Jesús a cada hombre y mujer de nuestro mundo se hace realidad.
«Habrá más alegría en el cielo por un
pecador que se convierta» Lo importante no está en las masas
impersonales, sino en cada una de las personas que al descubrir el rostro de
Dios cambia la vida y vuelve a caminar sintiendo el gozo del pastor que la ha
recuperado y no la perdió.
Uno de cien
y una para la inquietud.
el corazón en estampida, las manos a la obra,
la mente agitada, buscando soluciones,
y los pies corriendo, para alcanzar las simas
donde yace la oveja perdida.
Hay noventa y nueve formas de amor domesticado,
y una de amor sin medida.
se lleva por delante resistencias y apatía,
la que desatasca los reductos cerrados del alma,
la que convierte la quietud en energía.
Hay noventa y nueve palabras huecas
y una Palabra viva.
acampada entre nosotros, la que le da sentido a todo.
Basta con escucharla.
Y así, con una razón, una pasión y una Palabra,
nos envías al camino.
(José María R. Olaizola, SJ)
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