Una visita
“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” (Lc 1,39-56) María, visítanos. Danos tu alegría y paz. El mes de mayo termina con la Fiesta de la Visitación, pero María nos acompaña todos los días con su "Hágase" En esta escena del Evangelio podemos contemplar en María la plenitud de esta alegría, de esta jubilosa alabanza que le hace ponerse en pie, ponerse en camino y atravesar aprisa regiones montañosas y, de este modo, hacer posible y actual la continua visita de Dios a su pueblo, un Dios que disfruta estando con sus hijos. Que cada encuentro que tengamos con las personas sea un motivo de alegría. En su humildad, María se nos muestra como aquella en la que Dios hace grande su amor María saluda a su prima, e Isabel se llena del Espíritu Santo. La alegría se desborda, porque viene del Otro, del que entra en el mundo para hacer que nazca la alegría. María, inspirada por el Espíritu que anima a su hijo, canta:...