Que sepa distinguir en mi vida el trigo y la cizaña.
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“Los justos brillarán como el sol en el Reino del Padre” (Mt 13,43) A veces nos sorprende gratamente la acción de Dios en alguna persona cercana, y el corazón se llena de gozo y esperanza. La oración, la paciencia, la perseverancia, acaban por dar fruto. Arranca la cizaña de mi corazón. La cizaña de la desconfianza. Arráncala. La cizaña de la desesperanza. Arráncala. Arranca la cizaña de mi corazón. La cizaña del resentimiento. Arráncala. La cizaña del abatimiento. Arráncala. Arranca la cizaña de mi corazón. Los Padres del desierto fijan los principios del discernimiento: lo que turba la paz viene del maligno. Dios lleva la paz al alma. Conviene distinguir el trigo y la cizaña que viven fuera y dentro de nosotros y saber distinguir el origen. La paciencia y el respeto por la evolución de cada persona nos recordarán la manera de actuar de Dios. - Señor, que sepa distinguir en mi vida el trigo y la c...