La fe, un regalo de Dios
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIK4Unswbb4wCtWAvVOkrmPVrYh6ZK3Zu5q8KthNVuDhmi9oj2iUYtbSVniFzmLS9Btx4zSaA7IQ3lA_R__zesr64MAvGdxfNNowXd3M9vOoLwFtj8fKJYqOEbxxQFSVygiaNUa11qlXQ/s640/Dg68SAEXkAA23Os.jpg)
“Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho” (Mt 8,6) Impresiona el cariño del centurión por su criado, no era lo más habitual. Seguro que el gesto conmovió a Jesús. Jesús se admira al oír la fe de un hombre, que no era mirado con muy buenos ojos por sus vecinos. Un hombre, que nos sorprende por su humanidad y por su humildad. QUIÉN SOY YO? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo para ser feliz? ¿Quién soy yo para sentirme querido? ¿Quién soy yo para tener sueños sin fin? ¿Quién soy yo para merecer consuelo si estoy abatido? ¿Quién soy yo? Nadie. Sólo es tu amor quien me hace digno, Señor. Un hombre que se pone en camino de salvación con una gran confianza en Jesús. El centurión no pide nada, está seguro del resultado. La oración confiada y segura siempre es eficaz. Puede no ser lo que nosotros habíamos imaginado, pero siempre hay una respuesta. Lo mismo ocurrió con Abrahán y Sara. ¡Ven...