Oración para la liturgia del domingo 25 del tiempo ordinario, A (18-9-2011)
NO OLVIDES, SEÑOR En el amanecer de cada día pronunciar mi nombre, enviarme, como si fuera la primera vez, a sembrar ilusiones en los senderos espinosos a llevar esperanza, donde gime el hombre perdido. NO ME OLVIDES, SEÑOR Y, si no te escucho, manda el aliento de tu Santo Espíritu para que, ajustándome con salario divino -ser feliz haciendo lo que yo hago- y nunca me canse de trabajar con el arado de mis manos la divina hacienda o tierra que me confías. NO ME OLVIDES, SEÑOR Si me destinas a formar una familia, que sea responsable en su crecimiento humano y espiritual Si te fijas en mí para proclamar tu Palabra que lo haga de una forma nítida y sensata Si me llamas para ejercer la caridad, que no me fije en aquello que doy..ni en lo que dejo atrás. NO ME OLVIDES, SEÑOR ¡Tengo tanto miedo de no ser tu asalariado! ¡Tengo tanto temor de que no cuentes conmigo! ¡Tengo tantas dudas de si estoy trabajando tu viña o si, por el contrario, estoy trabajando mi terreno. NO ME OLVIDES, SEÑOR ...