Hoy es el día de Dios. El día del "santo más grande del cielo": la Santísima Trinidad. Guía, consuelo, aliento, fuerza... para seguir caminando.
Aceptamos, adoramos y glorificamos por fe. En el Cielo nos sumergiremos en el misterio inefable: Un Dios, en sus tres personas diversas.
La Trinidad es el gran Misterio de Amor. El Padre que da. El Hijo que se da. El Espíritu que se nos da. El Amor es entrega. Trinidad que se revela. El Padre es Verdad. El Hijo que nos revela la Verdad. El Espíritu que nos guía a la Verdad. Tres personas. Un solo Dios.
Tres melodías que se entrelazan, que convergen en una única música, sin perder su singularidad, pero separadas no sonarían a nada. Trinidad.
"El Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena." Hablar hoy de la verdad puede parecer un vano intento o una ilusoria utopía. Sin embargo, no hay nada más real y determinante, hoy y siempre, que la verdad irradiada por Dios. Es el Espíritu de la verdad que, según el Señor, nos guiará hasta la verdad plena. ¿Queremos ir a ella?
La verdad de Dios y nuestra verdad más plena es que somos seres en relación. Nuestra identidad se resume en una palabra: amor. Y se concreta en dos dinamismos: acogida y donación. Confesar que Dios es Trinidad es afirmar que somos puro proceso de apertura al otro, de recepción y de entrega libre de lo que somos. Nuestro Dios no monologa, se expresa. Que nosotros tampoco nos cerremos en el individualismo sino que abramos todo lo que somos a la donación.
Dios es una comunidad de Amor, Dios uno y trino, es abierta. Por esta razón pone en el centro al hombre y la mujer de este mundo, Dios levanta y da dignidad, Dios lava los pies y sirve, Dios llena todo lo que vive y hace el hombre y la mujer de este mundo.
Dios es relación, Padre, Hijo y Espíritu. Dios es amor. Una comunidad de amor abierta, no cerrada en sí misma.
No un Dios solo
«Sólo Dios basta»,
pero un Dios
al que no basta
andar él solo
por todo el universo.
Dios se nos acerca
en cada ser del cosmos,
que es para nosotros
hogar, alimento,
tarea y horizonte.
¡Comunión cósmica
que nos une a Dios
en la vida que nos llena
a través de los sentidos,
don y presencia suya
en nosotros sin medida!
Dios libre y único
en el último rincón
de callada intimidad,
donde cada persona
se hace consistente.
“Sólo Dios basta",
pero un Dios
al que no basta
andar él solo
por todo el universo.
(fragmentos de un poema de Benjamín González Buelta, SJ)
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