El encuentro
“Al pasar, vio a Leví….
Y le dijo: ‘Sígueme’…
Un grupo de
publicanos y pecadores
se sentaron con Jesús y sus discípulos”
(Mc 2,15)
Echar en cara los defectos de los demás es sencillo y tema frecuente de muchas conversaciones.
Si los miras a los ojos y escuchas sin juzgar, comprendes muchas cosas y que es posible un cambio de vida.
Jesús conoce a Leví y conoce sus posibilidades.
Necesita que alguien le haga ver las cosas desde otro punto de vista y le trate de igual a igual.
Cuando nos sentimos atacados, difícilmente cambiamos de postura.
- Señor, dame sabiduría para actuar de manera positiva.
- Señor, dame sabiduría para actuar de manera positiva.
Jesús busca siempre el encuentro, la comunión.
Y le importa un comino las críticas y murmuraciones de los
buenos.
Porque él ama a todos.
Porque sabe que se cercanía y su amor son el mejor camino para ganarlos para su Padre, que para eso lo envió.
Porque él ama a todos.
Porque sabe que se cercanía y su amor son el mejor camino para ganarlos para su Padre, que para eso lo envió.
Se sienta a
comer con los descreídos y su gesto provoca y altera.
El gesto cristiano para
entrar en comunión con Dios es una comida compartida por todos los creyentes,
con presencia de pobres y marginados.
Esa es la mejor memoria de Jesús.
Desea en el silencio del corazón el encuentro con Dios.
Déjate amar por El y aprende a compartir tu vida.
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