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Recibo a.....



"El que recibe a quien yo envíe 
me recibe a mí" 
(Jn 13, 16-20)

Al amor gratuito de Jesús al lavar los pies, algunos responden con la entrega incondicional de sus vidas al servicio del Evangelio.
Esos son los enviados de Jesús.
Trata con cariño y agradecimiento a las personas de tu comunidad cristiana que tienen una tarea especial al servicio de todos.

Recibo al vecino, 
y te recibo a Ti.
Recibo a la familia, 
y te recibo a Ti.
Recibo al que camina por la calle, 
y te recibo a Ti.
Detengo mi mirada en el pobre, 
y te veo a Ti.

El Espíritu Santo es el "enviado", el don que Cristo entrega a sus discípulos en la Pascua; Él nos hace experimentar el amor del Padre y del Hijo, nos abre el entendimiento y nos revela su Presencia entre nosotros.

Jesús sigue con nosotros en la misión que nos ha encomendado.
Nos acompaña en el camino de nuestra vida.

“Yo sé bien a quiénes he elegido.”
Pues eso es lo que casi más miedo me da: gente vulnerable, frágil, voluble...
En fin, parece un proyecto, a todas miras, abocado al fracaso.
Mira a ver.

Vive con el corazón en paz aunque estés librando mil batallas cotidianas.
Vive sin rencor, sin odio, generoso en perdón y rico en misericordia a imagen de Jesús.
Vive en continua reconciliación y entrega, en amor y servicio.

Servir como tú, Señor, no es nada fácil.
Me atrae una libertad con sabor a infinito.
Amar como tú, Jesús, no es fácil.
La alegría de colaborar contigo
para hacer un mundo más amable
me llena el corazón de gozo.
Dar vida como tú, Señor, no es fácil.
Y sin embargo, me inunda de paz insospechada.

Hoy, San Simón Stock, a quien la Virgen se apareció y entregó el escapulario que tan popular se hizo y sigue siendo.  
Es una forma de asociarnos a María vistiendo su hábito.  
En símil futbolístico, es como vestir su camiseta. 
¿Aún no lo vistes?  
¿De qué equipo eres tú?
Abrir el corazón, como María, porque 'el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí'.

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