Para vivir

 

“Sí, Señor, 
yo creo que tú eres el Hijo de Dios” 
(Jn 11,19-27) 

Santos Marta, María y Lázaro. Son los amigos de Jesús que viven en Betania. Jesús se queda en su casa. Les une una gran amistad, se hablan, se escuchan, se quieren. Confían en Jesús. Jesús les quiere, ellos le esperan y le siguen. Son un ejemplo para nosotros.

A veces, cuando sufrimos no queremos saber nada de Dios. Sin embargo, Marta nos enseña a acercarnos a Dios, aunque sea para quejarnos. Tenemos que dar la oportunidad a Dios para que poco a poco transforme nuestro dolor en una fe más recia.

SI HUBIERAS ESTADO AQUI, NO HABRÍA MUERTO MI HERMANO. Señor, me enfado, te reprocho y te acuso. Y Tú, no te incomodas. Quizá temas más el silencio de tus hijos que nuestras quejas. Y después de tantas protestas, experimentamos que Tú eres nuestra paz.

"Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre." ¿Creemos esto? El que tiene poder para devolver la vida a situaciones de muerte, de desolación, de fracaso es el que nos invita a seguirle. El que es capaz de llenar de alegría una vida que transita en el fracaso. El que al corazón lleno de soledad es capaz de abrazarlo y darle el valor que tiene hoy se acerca a nosotros. Acojámoslo.

«El que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre» La muerte es el olvido, el no existir ni ser recordado por nadie. Cuando has construido la vida en creer y cumplir su voluntad, la vida es eterna como su amor es eterno.

Marta es una mujer práctica. Sabe estar. Hoy espera a Jesús junto al sepulcro. Sabe que acudirá. Aun cuando le diga que ha tardado demasiado... que Lázaro ya lleva tres días muerto... Sabe, cree y manifiesta que Dios lo puede todo. Cree en Jesús. Es su amigo y sabe que no le fallará. Confía en Él pase lo que pase. Su confesión de fe fue un acto público... más de uno se sonreiría.

La confesión de Marta:”tú eres el Cristo, el Hijo de Dios”, reproduce palabras semejantes a las que a Pedro le llevaron a ser elegido piedra donde Jesús edifica su Iglesia (Mt16,16). Una mujer que acepta una verdad en medio del dolor que cambia la vida

- Señor, sé que todo lo que pidas a Dios te lo concederá.

La fe es la respuesta a la vida que Jesús entrega a la humanidad. La muerte ya no tiene la última palabra. ¡Ha triunfado la vida! Cuando el miedo te atenace, cuando las dificultades te arrastren hacia abajo, cuando tu lenguaje esté teñido de pesimismo, recuerda que ha triunfado la vida.

Creo en ti, Padre, dador de vida.

Creo en ti, Jesús, dador de vida.

Creo en ti, Espíritu Santo, recreador de toda vida

 


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