Enviados

 

« Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»  
(Mt 10,1-7)
 
Conocemos sus nombres, es por su nombre como Jesús les llama. Son únicos, cada uno con su peculiaridad. Forman un grupo. No van por libre. Es 'el grupo de los apóstoles', juntos tienen una misión. Enviados a dos cosas: curar y anunciar.
Jesús llama y da autoridad. La llamada es personal y exclusiva: pronunciando el nombre. La autoridad es para la misión:expulsar el mal y devolver salud. La finalidad es servir y no servirse. Darse y no imponerse. Llamada y misión universal. ¿Has oído tu nombre? 
 
"Si nadie acaricia los ojos del paria, ¿cómo dejará de serlo?
Si nadie cura las heridas del hombre quebrado, ¿en qué soledad sanarán?
Si nadie derriba los cimientos de una ley implacable,
¿hasta cuándo seguirá cerrando puertas y poniendo cadenas?
Si nadie profetiza contra los perversos, ¿cuándo cambiará algo?
Si nadie se deja guiar por la sed, ¿quién hallará la fuente de agua viva?
Si nadie se entrega a tumba abierta, ¿cómo saber que es posible el Amor?
Hace falta Alguien, alguien como tú, o tú de nuevo, en espíritu y verdad.
Alguien que acaricie los abandonos; que alivie sufrimientos; que taladre certidumbres y denuncie inconsistencias.
Alguien que nos ponga en camino hacia un manantial en el que nuestro deseo de Vida quedará colmado". 
José Mª Rodríguez Olaizola, sj

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