En todo amar y servir



«El primero entre vosotros será vuestro servidor» 
(Mt 23, 1-12)

Humildad deriva de la palabra latina “humus”, tierra. El humilde es quien toca tierra, quien tiene los pies, y quizás todo su ser, tocando la realidad; y quien es capaz de situarse en lo más bajo, en su propia limitación. Realismo y aceptación de sí mismo.
Anonimato, perseverancia, humildad, sencillez, darse sin medida, servir, 'perder', dejar sitio... muy difícil en el mundo de hoy pero evangelio de siempre y que transforma.
Ojalá que Jesús sea nuestro ejemplo en nuestro servicio a lo demás, en la palabra y en la acción.
No se es solo cristiano “de palabra”, sino de gestos. ¡Sé testigo con tu vida, con tus acciones! ¡Implícate!
De la tentación de utilizar la religión en beneficio propio, buscando títulos, honores o privilegios y no la gloria de Cristo, y este crucificado...
...¡líbranos, Señor!
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». En todo amar y servir... para eso quiero vivir.



Dios y Padre nuestro, nuestro único Señor.
Líbranos de creernos mejores que los demás, porque todos somos hermanos y necesitados de tu bondad y de tu amor.
Líbranos de mantener una imagen a costa de la verdad.
Líbranos de ahogar nuestros verdaderos dones en el mar de la vanidad y de la apariencia.
Líbranos de no reconocer nuestras miserias por miedo a no ser aceptados y queridos.
Líbranos de juzgar y disminuir a los demás para mantener una falsa estatura.
Ayúdanos a sentir como tu ternura no mira lo que aparentamos sino lo que nos duele para poder sanarlo.
Ayúdanos a aceptarnos como somos, para poder aceptar y amar a los demás como Tú nos aceptas y amas a nosotros.


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