El Pan de vida
El que viene a mí no
tendrá hambre,
y el que cree en mí no tendrá sed jamás».
(Jn 6, 30-35)
Jesús quiere que abramos nuestro corazón para recibir lo que Dios nos ofrece.
Necesitamos abrir nuestros ojos para reconocerlo.
Necesitamos abrir nuestros ojos para reconocerlo.
El pan es signo para ver y creer.
Es obra que nos acerca al Dios creador y dador.
Es alimento verdadero que viene del cielo y da vida al
mundo.
Es vida que sacia toda hambre y toda sed.
Señor, danos de este pan hoy y siempre.
Todos sentimos hambre y sed de felicidad, de paz, de eternidad, de plenitud...
Los pobres de la tierra también tienen hambre de alimento...
«Señor, danos siempre de este pan».
Un pan que no se acaba y nos recuerda tu amistad, la que nos llena cada
día.
Tú eres, Señor, el Pan de vida.
La Eucaristía es la cena de la familia de Jesús, que a lo largo y ancho de la tierra se reúne para escuchar su Palabra y alimentarse con su Cuerpo.
Jesús es el Pan de Vida de nuestras familias, Él quiere estar siempre presente alimentándonos con su amor, sosteniéndonos con su fe.
En la Eucaristía Jesús, realmente presente, se ha quedado en medio de nosotros
para colmar nuestra vida con la alegría y paz verdaderas que ansía nuestro
corazón.
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