La bondad de Dios


“¿Está permitido en sábado salvarle la vida 
a un hombre o dejarlo morir?” 
(Mc 3,1-6)

Jesús puso en medio al que estaba marginado, puso delante al que estaba detrás, ensalzó al que estaba segregado.
De nuevo nos encontramos con la parálisis.
Tanto la física como la psicológica impiden una vida normal y una actividad más o menos creativa.
Esta persona necesita ayuda y de nuevo nos encontramos con la ley mal entendida.
En esta ocasión los fariseos callan, pero ya han decidido la peor de las respuestas:
Eliminarlo.
Demasiadas veces esta es nuestra manera de actuar.
Si sigues con Jesús descubrirás que decir estas cosas conlleva un precio.
Merece la pena que todo ser humano camine con dignidad.


Camino con la dignidad de los hijos e hijas de Dios y me agacho con la misma dignidad para dar la mano y levantar a todos los caídos.  

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