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Hoy exulta de gozo al descubrir en el niño Jesús al Salvador,



“Será como una bandera discutida” (Lc 2,34)  

 Simeón es un anciano justo y piadoso 
que persevera muchos años en la oración 
y en la esperanza de ver a Dios, 
reconoce la presencia cotidiana de Dios, 
espera en Él, lo busca permanentemente, 
puede ver sus manifestaciones en cada paso.
Hoy exulta de gozo al descubrir 
en el niño Jesús al Salvador, 
la luz que ha venido al mundo, 
 y lo recibe en su corazón 
y lo acoge en sus brazos con fe.
Jesús no es una palabra más 
entre tantas como se pueden guardar en el corazón.
Jesús es la Palabra, es el Camino, la Verdad, y la Vida. 
¿Cómo reaccionas cuando, por ser amigo(a) de Jesús, 
tú también eres discutido y marginado?
 ¿Cuál es tu actitud cuando esto le sucede a la Iglesia?  
Como Simeón, estamos llamados 
a reconocer al Salvador de todos los pueblos, 
la luz de nuestra vida, y a convertirnos en profetas 
que anuncian su presencia, 
acogerlo con fe y dejarnos guiar por su luz.
Juntos andemos, Señor. 
A donde tú vayas, contigo quiero ir yo. 
Envíame tu Espíritu, 
para que no te abandone en la dificultad.
- Que seamos perseverantes en la oración 
y sepamos esperar con fidelidad la visita del Señor.

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