Rezad así
Y yo, ¿pretendo forzar a Dios para que haga realidad mis planes? No puedo abrumarte con tercos argumentos Yo sólo quiero pedirte tu amor y tu gracia.
En la oración sobra palabrería, y grandilocuencia y egocentrismo. No sirve de nada. Sí es necesario poner mucho corazón, y humildad, y silencio... La oración que Jesús nos ha enseñado no es sólo para rezar sino, especialmente, para vivir. Sobran gesticulaciones; falta sinceridad.
«Vosotros rezad así: Padre nuestro» Jesús no se guarda nada para sí. Todo lo da. Su mayor tesoro, la presencia del Padre, la pone en nuestras manos. ¡Todos, hijos y hermanos! ¡Sin desigualdades ni muros entre los pueblos! Ponte ante tu Padre con confianza. Saber que Él te ama, te basta. Cuando dices «Padre nuestro», «pan nuestro», comunicas la mejor noticia a los pobres de la tierra.
Quizás desde muy pequeños venimos repitiendo, con mayor o menor devoción, la gran oración del cristiano. Pero sin duda, cada vez que lo hacemos, Dios "interrumpe todas sus ocupaciones" para escucharnos y atendernos como el mejor de los padres.
Dios es cercano, nos conoce, sabe de nosotros, nos cuida, hay una relación para siempre, se preocupa de nosotros, respeta nuestra identidad y peculiaridad, nos ama... le llamamos Padre. Con Jesús la relación con Dios se convierte en cercana, en familiar. Rezar el Padrenuestro nos llena de sentimiento de hijos y de hermanos, hijos de Él, hermanos del prójimo.
El Evangelio resume no solo con qué palabras rezar, sino también cómo vivirlas. Nuestro Padre Dios nos ama incondicionalmente como HIJOS suyos y nos lanza a trazar caminos para crecer como HERMANOS sin excluir a nadie y con un corazón universal
La invitación a rezar el Padrenuestro recoge varios propósitos. No decir muchas palabras sino las necesarias. No buscar tanto que se nos haga caso como dejar que Dios nos haga. Poner a Dios en el centro de la vida. Aprender a pedir para todos. Descubrir el perdón.
Todo lo que le podemos pedir al Señor y todo lo que Él quiere concedernos está contenido en el Padrenuestro.
La oración que el Señor nos enseñó es corta, pero completa. Nos incluye a todos, nos hermana y nos recuerda que, en todas nuestras necesidades, Dios proveerá. Y nos habla de perdonar como Dios nos perdona. Casi nada. En esta Cuaresma, revisa cómo rezas esta bella oración.
Nos has pedido que te recemos
como a un Padre
que se ocupa de todos.
Danos la fe para poder hacerlo,
y la humildad para aceptar
el perdón de los demás
y para saber perdonar a aquellos
que no siempre nos quieren bien.
Amén.
"Danos hoy nuestro pan de cada día", Jesús nos enseña
a pedir al Padre el pan cotidiano, unidos a tantos hombres y mujeres, para
quienes esta oración es un grito doloroso que acompaña el ansia de cada día,
porque se carece de lo necesario para vivir.
Y cada vez que lo rezamos –reconciliados con el hermano– el Padre reconoce en nosotros la voz de su propio Hijo Jesucristo.
«Si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas» Uno de los sacrificios para hacer en Cuaresma es construir un camino de perdón y paz entre los hombres en el que mostramos la misericordia de Dios. Un camino que hará vida nuestra oración.
Dios habla un lenguaje de amor y compasión. Si uno vive en el rencor y la revancha es imposible que entienda a Dios. Si uno dice que ama a Dios, a quien no ve, y no ama a su hermano, a quien ve, es un mentiroso. Por eso el perdón es lo que nos identifica como hijos de Dios. Y es la mejor forma de introducir en el Reino de Dios a los demás.
Es bueno pedir perdón por nuestros errores. Pero, ¿y tú? ¿Estás dispuesto a perdonar al que te ofende?
Padre Juan Luis Gracia por los Consejos k no da para todos los k Creemos
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