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En camino

"La mies 
es abundante 
y los obreros pocos; 
rogad, pues, 
al dueño de la mies 
que mande obreros a su mies." 
(Lc10,1-9) 

Celebramos la fiesta de los santos Cirilo y Metodio. Eran hermanos y desarrollaron su labor evangelizadora en los pueblos eslavos. Un día sintieron la llamada de Jesús, que quería confiarles una misión.

"Poneos en camino". ¿Alguna vez has dicho esa frase de "mañana empiezo" en dietas, estudios, trabajos...? Y todos sabemos cómo acaba... Con Jesús hay 0 excusas. Ponte en pie y manos a la obra. Dios no te espera mañana, te espera YA.

De dos en dos. Porque sin el otro no somos nadie.
De dos en dos. Porque necesitamos apoyarnos mutuamente.
De dos en dos. Porque así llegaremos lejos.
De dos en dos, para contarse por el camino la belleza de Dios y las maravillas que hace su misericordia.

Enviados para abrir puertas, para dar testimonio, para anunciar su venida, para facilitar encuentros, para generar preguntas y deseos de descubrirle. No se anuncian a sí mismos, es a Él y sólo a Él a quien anuncian, al que quieren ayudar a descubrir.

No solo fueron los setenta y dos los llamados, también nosotros, tenemos que sentirnos enviados, formamos parte de los 'obreros', tenemos una misión. 

Nos queda mucho por hacer. Hay mucha gente que todavía no conoce a Jesús. Muchas personas todavía viven huérfanas, sin el cariño del Padre, sin la compañía de Cristo, sin la alegría del Espíritu. Te pedimos, dueño de la mies, que llames a muchos a disfrutar de la vida que nos das, y que la ofrezcan gratis a los demás, como gratis la han recibido.

Ojalá muchos puedan sentir que, como dice Jesús en el Evangelio,


“el  reino de Dios está cerca”.
Sí, está cerca a través de nuestra pobre humanidad, a la que el Señor se sigue confiando por completo. Sólo por su gracia, y a pesar de nuestra pequeñez.

 Acompañados de María podremos decir en muchas casas, como Cirilo y Metodio: “El reino de Dios ha llegado a vosotros.”

Envíanos, Señor, santos hombres y santas mujeres que nos conduzcan a Ti.

La mies es mucha
Son muchos los espacios donde se nos necesita.
Hay muchos hermanos viviendo soledad,
otros en desamor, con el dolor de una pareja rota
otros sufriendo incomprensión
por su forma de vida
otros enfermos, sin cura y sin compañía,
otros ancianos, sin visitas, sin ilusiones, sin gente
otros necesitados de ayuda material,
otros que no tienen el pan de cada día,
otros que se mueren de sida y de dolor,
otros que ven morir a los suyos en guerras,
otros que explotan pagando salarios mínimos,
algunos colgados de la droga del consumo,
muchos dispersos en mil actividades,
una gran mayoría estresados y agobiados,
familias enteras sin espacio para la comunicación,
parejas desencantadas, invadidas por la rutina,
ateos alejados del Dios de la vida,
por conceptos falsos,
cristianos mediocres instalados en ritos vacíos,
personas desanimadas, deprimidas, sin ilusión,
ancianos abandonados, sin el afecto de los suyos,
parados y jubilados que no se sienten valorados,
mujeres maltratadas, mal amadas y esclavizadas,
niños guerrilleros, explotados, sin niñez,
«yupis» agresivos, oficialmente triunfadores,
pero vacíos,
religiosos hastiados, cansados, desmotivados,
y otros tantos que piden a gritos:
una mano amiga, una escucha atenta,
una pista para vivir, un poco de cercanía
y encuentro,
un trabajo digno, un horario adecuado,
un sueldo justo, un espacio en el mundo,
un reparto justo, una buena noticia.
La mies es mucha... y nosotros
queremos ser obreros de tu mies,
trabajadores del Amor, testigos de tu presencia,
anunciadores de tu mensaje de salvación
y profetas de tu buena noticia liberadora
y esperanzada.
Cuenta con nosotros, Señor,
haznos buenos obreros de tu mies.

Mari Patxi Ayerra


 

 

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