Señalar
"A Isabel se
le cumplió
el tiempo del parto
y dio a luz un hijo"
(Lc 1, 57-66. 80)
Hoy es la fiesta de San Juan Bautista, tan humilde que no
se sentía digno de desatar las sandalias del Señor y que nos sigue invitando a
allanar los senderos.
Hoy siguen haciendo falta profetas que señalen el camino
hacia Dios.
Todos nosotros llevamos, por el bautismo, la misión de
Juan: señalar a los demás donde encontrar a Jesús, no solo con palabras, sino
con nuestro estilo de vida, con nuestras opciones, con la radicalidad de
nuestra fe y la fidelidad al Evangelio.
Que la festividad de hoy, celebrando la esperanza que
nace con un niño, nos lleve a comprender que Dios elije lo más escondido, lo
más frágil, lo más pequeño para preparar su llegada.
La humildad nos permite reconocer la presencia y la
acción del Espíritu Santo -incluso en los acontecimientos cotidianos-, y
bendecir al Señor por su gran misericordia.
Señor y Dios mío, tú siempre has elegido como
instrumentos a personas humildes y dóciles.
Por esto te he pedido la humildad
para saberte reconocer y responder a tu llamada, porque sería imposible amarte
y no comunicarte a los demás, tenerte y no compartirte.
A Juan lo escogiste...
Yo Te doy gracias porque me has escogido portentosamente
(Sal 138,4)
Preparar el camino
Convertir el
corazón
Desprenderse de lo
antiguo
Dar paso a la
novedad de Dios
Que arda la hoguera
del amor
Que la tristeza, el
odio, la violencia se vuelvan ceniza.
Que la luz de
Cristo alumbre la noche del mundo.
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