Sigue amando
Jesús da testimonio: uno de vosotros me va a entregar. Uno de los que está allí sentado, en la misma mesa. Uno que come el pan que Jesús le da. Judas come y entra en él Satanás. Sale de allí. Era de noche. La oscuridad de la lejanía de Dios. Ida sin retorno
Judas era la persona de mayor confianza de Jesús (llevaba el dinero) y, al sentirse defraudado, lo traicionó. ¡Cuántas veces los amigos se traicionan al sentirse defraudados! Amar, perdonar.
Él siempre da una oportunidad de cambio, de empezar de nuevo, de seguir a su lado, de levantarse de una caída. Se la da a Judas ante la traición, moján juntos en pan. Se la anuncia a Pedro ante su negación en la dificultad.
La noche es oscura, pero Jesús sigue amando.
Jesús es consciente de la fragilidad de Pedro. Sabe que le va a negar. Que el miedo y el querer salvar su vida le hizo romper con su historia de amistad. Pero la negación de Jesús no le aleja de su corazón. La misericordia queda expresada en su frase: "Perdónales porque no saben lo que hacen".
A pesar de nuestras infidelidades, Jesús nos llama a la unidad, a la comunión, que nace de sentirnos abrazados por el amor divino, que es único.
La inminente pasión de Cristo descubre lo que hay en el corazón de sus discípulos. Y también hoy, ante la cruz, salen a la luz nuestros pecados y debilidades, nuestros miedos y apegos, nuestras idolatrías y caprichos, nuestras falsas seguridades...
Detente un momento: ¿dónde están tus traiciones del día a día? ¿De verdad es sincera tu fe?
Días para revivir el Misterio de la salvación. Para contemplar al creador derramando misericordia sobre sus criaturas; al Inocente cargando con todas las culpas. Tiempo para entender que la muerte no es el final, no tiene la última palabra; tiempo para mirar la Cruz y abrazarla.
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