La Eucaristía, corazón de la iniciación cristiana y fuente de la vida de la Iglesia.
Queridos
hermanos y hermanas:
Nuestra
catequesis de hoy está centrada en la Eucaristía, corazón de la iniciación
cristiana y fuente de la vida de la Iglesia.
Lo que vemos
cuando nos reunimos para celebrar la Misa, nos ayuda a introducirnos en el
Misterio.
En el centro encontramos el altar, una mesa preparada, que nos hace
pensar en un banquete.
Sobre la mesa hay una cruz para indicarnos que en ese
altar se ofrece el sacrificio de Cristo:
Él es el alimento que recibimos bajo
las especies del pan y del vino.
Y junto a la mesa, está el ambón, desde donde
se proclama la Palabra de Dios, mediante la que el Señor nos habla.
Cuando la
Iglesia celebra la Eucaristía, realiza el memorial de la Pascua del Señor, en
el que Cristo se hace misteriosamente presente y nosotros podemos participar,
decimos “comulgar”, en su pasión, muerte y resurrección.
Así, la Eucaristía nos
configura de modo único y profundo con Jesús, renovando nuestro corazón,
nuestra existencia y nuestra relación con Él y con los hermanos, y nos hace
pregustar la comunión con el Padre en el banquete del Reino de los cielos.
Pidamos que
la celebración de la Eucaristía mantenga siempre viva a la Iglesia, y haga que
nuestras comunidades se distingan por la caridad y la comunión.
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