¡Sé testigo de Cristo!
“Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en
tu casa con mis discípulos”
(Mt 26, 19).
La celebración de la Pascua Judía se aproxima.
Los discípulos se juntan, preguntan, preparan la
cena, esperan...
Judas, que ya ha negociado la venta del Amigo, acecha
ahora la coyuntura propicia para consumar su acción.
Me sobrecoge la
humildad y mansedumbre de Cristo.
Con sus
discípulos, sus amigos, aún sabiendo que le abandonarán, que le negarán, no
huye, no hace alardes, no muestra otro poder que el amor y la fidelidad al
Padre.
Jesús se pone a
la mesa, anuncia una traición.
La crisis se
palpa en el ambiente; es noche oscura.
Sería el momento
de huir, de darse media vuelta.
Pero Jesús vence
la crisis en una cena, donde parte y reparte el pan con los que siempre serán
sus amigos.
El vino nuevo,
guardado en los odres nuevos del reino, se entrega para liberar de toda
esclavitud al ser humano.
La Nueva
Alianza, como un arco iris, se abre paso en medio de la noche.
«¿Qué estáis
dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Cuesta
admitirlo, pero la gente tenemos a veces un precio, más o menos alto, pero un
precio.
La amistad, el
poder, el placer, la familia, Dios...
Todo es
susceptible de ser comprado o vendido.
Señor, nos duele que la dignidad humana sea pisoteada,
a través del engaño, la amenaza y el uso de la fuerza.
Ilumina a quienes compran y venden a otras personas; a las que con sus decisiones provocan graves sufrimientos.
Ilumina a quienes compran y venden a otras personas; a las que con sus decisiones provocan graves sufrimientos.
Ayúdales a darse cuenta de la gravedad
de sus injustas acciones. Haz que vean y respeten el valor y la dignidad de
todo ser humano.
Señor de la Vida, ayuda, sobre todo, a todas las víctimas; cura sus heridas con el aceite del consuelo y la esperanza.
Señor de la Vida, ayuda, sobre todo, a todas las víctimas; cura sus heridas con el aceite del consuelo y la esperanza.
Dales fuerza para que puedan rehacer sus
vidas.
Señor, Dios de la misericordia, danos valentía para denunciar y protestar contra la práctica humillante de la trata de los seres humanos y contra todo atropello de la dignidad humana.
Señor, Dios de la misericordia, danos valentía para denunciar y protestar contra la práctica humillante de la trata de los seres humanos y contra todo atropello de la dignidad humana.
Llénanos de la sabiduría y del valor
necesarios para ser solidarios con las víctimas.
Danos la gracia de trabajar
contigo en la construcción de un mundo más fraterno.
Por nosotros
también.
Nuestros nombres
estaban escritos en la cruz.
Levanta del
sofá: ponte en camino.
Camina para
anunciar, para servir.
¡Sé testigo de
Cristo!
Oración:
Con todos los pueblos de la tierra cruzamos el mar
Rojo,
dejamos atrás al enemigo.
Tu Pascua nos sostiene,
nos alegra en medio de las pruebas.
Y si caemos, de nuevo nos das la mano.
Eres único, Señor, Amigo verdadero.
¡Juntos andemos, Señor!
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