El Misterio que nos salva
Hoy comienza para los cristianos la semana santa, donde
conmemoramos la historia más importante de la humanidad, se conozca uno, se
crea o no en Jesús.
Una historia de pasiones, engaños, traición, dolor…
Pero sobre todo de entrega, ternura, perdón y amor.
Jesús ya no se esconde de la gente.
Entra en su Pasión con mansedumbre y humildad.
Quiere cumplir su misión hasta el final.
Despierta el corazón.
Contempla el Misterio que nos salva.
Jesús, que conoce el gran fracaso humano que le llega en
la cruz, se deja, sin embargo, aclamar hoy por los abandonados, los pobres, los
que no cuentan y esperan sólo en la justicia del Padre Dios.
Y subraya su amor humilde por ellos, que se gozan en Él,
elevado en un borrico.
Jesús muestra una autoridad que hace saltar las alarmas
del sistema religioso de su tiempo.
Esta autoridad se fundamenta en una relación única con
Dios, al que llama Abba.
Desde esta relación Jesús se presenta ante todos como alguien
libre.
Esta es la razón de su condena a muerte
¡Hosanna! ¡Crucifícale!
En tan sólo unas horas los mismos que alaban a Jesús
quieren matarlo.
Así de voluble es el corazón humano.
Por dinero, por cobardía, por engaño...
Jesús, momentos antes de morir en la cruz, nos muestra el
culmen del total abandono y de la desgarradora soledad de un ser humano con el
grito del salmo:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?".
En Él, el hombre roto y abandonado, encontrará siempre
apoyo y consuelo.
Semana grande para los creyentes.
Días para revitalizar la fe; para vivir con intensidad
las celebraciones que nos entonan el alma.
Para acompañar al Señor con nuestros ojos, nuestros pies,
nuestro corazón...
La Pasión es la historia de todos nosotros.
Y a veces, como espectadores, no terminamos de comprender
que estamos ante el drama de nuestras vidas.
Entremos con Jesús en la Semana Santa para celebrar la
Pascua con el corazón renovado por la gracia del Espíritu Santo.
¡Vamos a emprender juntos el camino de la humildad! Nos
mueve el mejor motor posible: el amor al Señor
¿Qué pasa cuando se abrazan el amor y la muerte?
¿Se muere el amor o se enamora la muerte?
Tal vez la muerte moriría enamorada y el amor amaría
hasta la muerte.
O tal vez CRISTO CRUCIFICADO sería la mejor respuesta...
En esta Semana Santa…
Señor, déjame ir contigo; sólo quiero caminar detrás,
pisar donde tú pisas, hasta llegar a la cruz.
Quiero escuchar tu palabra, simple y preñada de Dios,
que, aunque a muchos incomode, a tanta gente nos sana.
Quiero sentarme a tu mesa, comer del pan compartido
que con tus manos repartes a todos los que se acercan.
Que de tanto ir junto a ti, pueda conocerte más,
tú seas mi único amor y te siga hasta morir.
Señor, déjame ir contigo; sólo quiero caminar detrás,
pisar donde tú pisas, hasta llegar a la cruz.
Quiero escuchar tu palabra, simple y preñada de Dios,
que, aunque a muchos incomode, a tanta gente nos sana.
Quiero sentarme a tu mesa, comer del pan compartido
que con tus manos repartes a todos los que se acercan.
Que de tanto ir junto a ti, pueda conocerte más,
tú seas mi único amor y te siga hasta morir.
Comentarios
Publicar un comentario