El Evangelio de Lucas nos presenta hoy el camino de lo
que “tenemos que hacer” para un adecuado recibimiento del Niño en la Navidad.
Primer camino: “El que tiene que reparta, y el que
tenga comida haga lo mismo.”
Segundo camino: “No exijáis más de lo establecido.”
Tercer camino: “No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie.”
Tres criterios válidos en todo los tiempos: “Repartir”, “No ser exigentes”, “No aprovecharnos de los demás extorsionándolos”.
Segundo camino: “No exijáis más de lo establecido.”
Tercer camino: “No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie.”
Tres criterios válidos en todo los tiempos: “Repartir”, “No ser exigentes”, “No aprovecharnos de los demás extorsionándolos”.
Criterios válidos para todos. También para los que dicen
que no creen. Porque al fin y al cabo, son criterios de solidaridad, de respeto
a los demás, de comprensión con los demás. Digamos que son criterios de “relación
con los demás”, pero unas relaciones basadas en el respeto a los demás, en
la comprensión de los demás, y en el compartir con los demás.
Para esto no necesitamos cambio de Constitución, ni
tampoco nuevas leyes del Congreso. Para esto sólo se necesita de un cambio de
actitud y un cambio de corazón. Esto lo podemos hacer todos, sin necesidad de
pedir permiso y sin peligro de que nos hagan juicio.
Valoración de los demás. ¿Y qué es la Navidad, sino la
valoración del hombre por parte de Dios? Ser hombre o mujer para Dios es algo
importante, tan importante que Él mismo asume nuestra propia realidad.
Oh Dios siempre fiel:
Danos el valor de acoger a tu Hijo
compartiendo lo que tenemos,
haciendo bien lo que es recto y justo,
y extendiendo la paz en torno a nosotros.
Que tu Hijo Jesús nos bautice
con el Espíritu Santo y con su fuego,
para que él nos renueve con su amor
y que nuestros corazones se desborden de alegría
porque Cristo vive entre nosotros.
Te lo pedimos en el nombre del mismo Jesús el Señor.
Danos el valor de acoger a tu Hijo
compartiendo lo que tenemos,
haciendo bien lo que es recto y justo,
y extendiendo la paz en torno a nosotros.
Que tu Hijo Jesús nos bautice
con el Espíritu Santo y con su fuego,
para que él nos renueve con su amor
y que nuestros corazones se desborden de alegría
porque Cristo vive entre nosotros.
Te lo pedimos en el nombre del mismo Jesús el Señor.
Comentarios
Publicar un comentario