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¡Qué grande es tu misericordia, Señor!





“Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista... Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo… El que tenga oídos que escuche” (Mateo 11,11-15). 


Dios es gratuito. 
¿Será por eso que cuesta tanto entenderlo? 
Intenta vivir hoy gratuitamente 
y serás la cara humana de Dios, 
serás el pobre que ama a los pobres. 
Acoge la Palabra aunque tu mente no la entienda. 
Déjala reposar en tu interior.   
Si acepto tu mirada me dejas vestido de tu gracia. 
Si acojo tu amor me brota la alabanza en los adentros.
“El que tenga oídos que escuche”  (Mt 11,15).    
  
 Jesús tiene palabras de Vida.
Su misericordia, 
que nunca falta y no tiene medida, 
nos educa.
El encuentro con la bondad del Señor 

nos da fuerzas para crear, 
con osadía e innovación, 
ambientes de misericordia, 
historias de diálogo entre las gentes, 
proyectos de justicia y de paz. 
¡Qué grande es tu misericordia, Señor! 
¡Bendito seas!

Señor:
Danos la capacidad de reconocer 
la grandeza de los demás.
Danos la capacidad de reconocer 
la grandeza de los más pequeños.
Danos la capacidad de reconocer 
la grandeza de los que saben mucho.
Danos la capacidad de reconocer 
la grandeza de corazón de los que saben poco.
Señor:
Que nuestras ilusiones no terminen en desilusiones.
Que nuestros ideales no terminen en fracasos.
Que nuestras esperanzas no terminen en desesperanzas.
Que nuestros compromisos no terminen en abandonos.
“El que tenga oídos, que escuche.”

 

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