Paciente y compasivo
«Si no os
convertís,
todos pereceréis
de la misma manera»
(Lc 13, 1-9)
Convertir el corazón es tarea de toda una vida.
Hay mucho que desbrozar en el jardín interior.
Muchos rincones donde poner luz.
Queda orgullo por disolver.
Queda aprender el amor incondicional, amar al enemigo y
descubrir que no era tal.
Aprender a curar heridas.
El olvido de sí.
El Señor es paciente y compasivo con nosotros.
Él es nuestra salvación.
Los frutos no son una conquista, son un regalo que nos
ofrecen las circunstancias, las personas, los acontecimientos.
En nosotros está
el acogerlos, cuidarlos, y hacerlos don para otros.
No dejemos a Dios, lo que
es nuestro trabajo y responsabilidad
Señor
te pedimos perdón
por las veces que sometemos a otros,
y a todo lo que has
creado abusando de poder,
desconociendo que
el único PODEROSO eres Tú.
Señor
Señor
te pedimos perdón
por ser en ocasiones, soberbios,
queriendo imponer “nuestra verdad como única”,
cuando sabemos que LA VERDAD la tienes Tú.
Señor
queriendo imponer “nuestra verdad como única”,
cuando sabemos que LA VERDAD la tienes Tú.
Señor
te pedimos perdón
por las veces que pasamos de largo,
o miramos para otro lado,
o miramos para otro lado,
ante la necesidad o
el sufrimiento de las personas,
sabiendo que fuiste
Tú el que entregaste TU VIDA EN LA
CRUZ por nosotros.
Señor
CRUZ por nosotros.
Señor
te pedimos perdón
por las veces que con nuestros prejuicios juzgamos,
en lugar de
comprender,
sabiendo que el
único que JUZGA, eres Tú.
Señor
Señor
te pedimos perdón
por las veces que cargamos en otros
nuestras
responsabilidades,
olvidando que PONIÉNDONOS EN TUS MANOS PODEMOS DESCANSAR.
Señor
olvidando que PONIÉNDONOS EN TUS MANOS PODEMOS DESCANSAR.
Señor
te pedimos perdón
por no reconocer nuestras faltas,
arrepentirnos y pedir perdón por ellas, sabiendo que eres un PADRE
BUENO Y QUE PERDONA.
Señor
arrepentirnos y pedir perdón por ellas, sabiendo que eres un PADRE
BUENO Y QUE PERDONA.
Señor
te pedimos perdón
porque en momentos de angustia y
desesperación nos olvidamos de Ti,
desesperación nos olvidamos de Ti,
cuando nos has
dicho: “NO TENGÁIS MIEDO QUE YO ESTOY
CON VOSOTROS”.
Comentarios
Publicar un comentario