El signo de Dios es su misericordia y su perdón
“Aquí hay
uno que es más que Jonás”
(Lc 11,32)
La semilla del Evangelio encuentra a veces tierra buena donde no se
esperaría: lo dice la referencia de Jesús a los de Nínive y a la reina del Sur.
En cambio, encuentra resistencia donde más parece que debería fructificar
(«Vino a su casa, y los suyos no la recibieron»). Eso no anula la oferta salvadora de Jesús a todos y
siempre. Y nos hace abrir los ojos y el corazón para no caer en el peligro de
la indiferencia o la rutina.
- Que no creamos nunca, Señor, que ya somos los buenos y que no necesitamos conversión.
- Que no creamos nunca, Señor, que ya somos los buenos y que no necesitamos conversión.
El gran
signo del Reino es Jesús y su enseñanza. Dios nos revela en Él su rostro lleno
de amor y de sabiduría. No busques en lo maravilloso la presencia de Dios.
Escucha su Palabra, amásala en tu interior y conviértete a Él.
Espíritu
de Amor, abre mi mente a tu Sabiduría, para que tu Palabra entre en mi vida y
la transforme. ·
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