Todos somos discípulos y aprendices del arte de vivir. Nos pasamos la vida buscando referentes y maestros que nos enseñen a ser plenos. Los que hemos conocido a Jesús tenemos una luz que nos guía, el camino, la verdad, la vida. Y los que intentamos pobremente seguir sus pasos recibimos diariamente la mayor recompensa: su compañía. Su Palabra diaria, su comprensión, su agradecimiento. Vivamos cada día como discípulos, sin que nos agobie nuestra lentitud. Si Jesús nos dice que no temamos, pues a vivir sin miedos.
Jesús nos recuerda que la vida no es el valor supremo; que hay valores más elevados. Por eso no hemos de temer el perder la vida, si esta se entrega, como hizo Él, por los demás y por cumplir la voluntad de Dios. En nuestra cultura hedonista es difícil entender esta generosidad
En el Evangelio de hoy Jesús hasta tres veces nos repite: “No tengáis miedo”. No debemos tener miedo a nada ni a nadie porque Dios nuestro Padre está a nuestro lado. El Señor nos quiere. Tenemos que tener fe, creernos de verdad su mensaje, hacerlo parte del proyecto de vida, vivir sin miedo, dejarle sitio en nuestro corazón, convertirlo en nuestro guía, fundamentar en Él y con Él nuestro proyecto de vida. Somos valiosos para Él.
Con Él no hay nada que temer, es el Señor del cielo y la tierra, de la vida, del ayer, del hoy y del mañana. Nada de miedo, somos más que los gorriones, más que los preciosos lirios del campo y la hierba. Somos más que nadie para Él, somos imagen y semejanza suya. No tenemos miedo, nos tiene contados los cabellos de nuestra cabeza, hasta lo más pequeño de nosotros le preocupa, lo quiere, lo cuida.
"No tengáis miedo".
Sin miedo vivir el Evangelio.
Sin miedo seguirle.
Sin miedo anunciarle.
Sin miedo abrir la puerta al que viene.
Sin miedo encontrarnos con Él y con los hermanos.
Sin miedo darse.
Sin miedo gozar de la aventura para buscarle.
El Señor nos quiere. Más que a nada en el mundo, por encima de cualquier cosa. Nos ha hecho a su imagen, por amor, para ser, estar y relacionarse con nosotros. Es el siempre fiel. Nuestra respuesta la coherencia, la confianza, la fe... nunca el miedo o la lejanía.
No tengamos miedo de lo que hay oculto porque llegará a descubrirse, a lo que haya escondido porque llegará a saberse. Jesús nos invita a vivir en verdad, en humildad y transparencia. Que seamos claros y sinceros. Nada retorcidos, oscuros o manipuladores.
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