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"Oh pobreza, fuente de riqueza"

 


"Allí estoy yo"  
(Mt 18,15-20)

 

La fe nos une.

Somos comunidad.

Y en medio de nosotros está el Señor

También es misión del cristiano aprender a corregir fraternalmente; no condenar, ni pasar, sino intentar salvar a la persona.

Todos estamos llamados a vivir el don de la fraternidad. Pero ¿qué hacer cuando aparecen hechos que nos afligen, nos interrogan, nos turban? Acepta el diálogo que Jesús quiere tener contigo y con tus maneras de afrontar el pecado del otro. Jesús no condena; te invita a que limpies tu mirada y aprendas a vivir con los que son diferentes. 

Hoy celebramos con inmenso gozo la festividad de Santa Clara de Asís. Junto a Francisco descubrió la pobreza como fuente de riqueza. La amistad entre ambos fue un cauce para crecer en la vivencia del evangelio sin glosa. Encontrar amigos en Dios es una bendición. Y cuidarlos.

«Clara se preciaba de llamarse “humilde planta del bienaventurado Padre Francisco”. Después de abandonar su antigua vida de noble, se estableció en el monasterio de San Damiano hasta morir».

Seguir a Cristo pobre y humilde como Sta. Clara y S. Francisco, puede parecer necedad en un mundo que está envuelto en las redes del consumismo y la apariencia. Son luz y un aldabonazo a nuestras conciencias aburguesadas, como lo son quienes hoy viven abrazados a la dama pobreza.

 

 


Clara, que viviste una vida de servicio, pobreza y humildad 
y tratabas con dulzura a todos, 
ruega a Jesús que nos enseñe a ser sencillos 
y valientes a la hora de seguirlo como fuiste tú.

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