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Proclamar


"Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia".

En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a "proclamar el Reino de Dios 
y a sanar a los enfermos".

Esto hacen los misioneros, por los que rezamos.
Pero por el bautismo, todos estamos llamados a hacerlo
¡Ten fe!

Dios sigue necesitando hombres y mujeres que continúen con la misión, que se sientan enviados.

Siembra la tierra de semillas de esperanza.
Aunque la Iglesia pierda autoridad por sus miserias.
Nosotros hemos de seguir sembrando esperanza en un pueblo, oprimido, deprimido o desorientado.
No tendremos autoridad, pero sí tenemos fe, corazón y coraje para seguir sembrando.

Eres testigo del amor de Dios.
Transmisor de la Buena noticia para el mundo, en especial para los pobres.

El Señor sigues contando con cada uno de nosotros para llevar la Buena Nueva.
¿Cómo no caer rendidos ante tanto amor?

La Palabra de Dios es luz en nuestro peregrinar dicen el salmista y el sabio, que además inspirado por ella pide a Dios la fidelidad; en ella se siembra nuestra misión que es fundamentada por una confianza despojante en Jesús.

María no necesita nada para evangelizar, sólo su Corazón.

En María encontramos el modelo y con su intercesión el envío dará su fruto.
Anunciamos con poder que Cristo vive.
¡Sacerdotes, profetas y reyes, desde nuestro bautismo, llamados a ser signos del Reino!

“No llevéis nada por el camino” 
(Lc 9,3)

No lleves nada, pero en la soledad del camino abre tu presencia a la presencia de Jesús.
No lleves nada, para que seas peregrino de novedad.
Lo más hermoso te viene dado.
No lleves nada, para buscar ligero de equipaje, por montes y riberas, a tu Amado.
No lleves nada, y sacúdete el polvo de los pies para que no se te quede dentro lo negativo.


Señor, hazme caer en la cuenta de que mi vida es un espacio humano habitado por la Trinidad.    


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